lunes, 17 de junio de 2019

Chismes de boda



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Sergio Ramos, que representa oficialmente los valores del madridismo, resumió el Día Más Feliz de su vida con un ucase camero de los que te censuran por la cara en Faceboock:

    –Una noche para emborracharse y hacer el amor.
    
A Ramos hay que agradecerle que por una vez, con el pretexto de su boda, haya obligado a vestir formalmente a unos futbolistas. Se ve que al cristianarse ha frecuentado alguna lectura, como aquella (Mateo 22, 1-14) del rey que entró a saludar a los comensales de la boda y reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?” (El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: “Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Así será el llanto y el rechinar de dientes. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.”)
    
Está bien que Ramos, después de sentar plaza en el Madrid, siente la cabeza con una familia, pues toda la paz será poca si, finalmente, en el vestuario madridista se presenta Pogba, que es el fichaje que a Zidane le ha pedido su Visitante Nocturno, que debe de ser hincha del United, club que se hace el interesante para encarecer el precio del medio centro, cuya negociación pase seguramente por Macron como pasan los alcaldes de España que dependen del voto liberalio de Ciudadanos.

    ¿Qué es más importante, un medio centro del Real o un alcalde de Madrid?

    Todo pasa por Chamartín, y la respuesta la tiene Macron, para quien Zidane pidió el voto públicamente. En la memoria tenemos todavía los saltitos de Oficinista del Mes que pegaba Macron en la tribuna de autoridades cada vez que Pogba robaba un balón en el Mundial de Rusia. La globalización era pasar de “Napoleón en Chamartín” con Galdós a “Macron en la Operación Chamartín” con cualquiera de los novelistas que despacha este segundo Siglo de Oro que padecemos. ¿Acaso era menos disparatadol imaginar a los AC/DC tocando para Keylor NavasLucas Vázquez y Joaquín Sánchez Rodríguez en la boda de Ramos?
    
A Joaquín no se le veía el sábado cuerpo de “eisidisi”. Llegó a la catedral sevillana con pinta de dirigirse a aquella mítica fiesta de Benjamín interrumpida por Lopera a las tres de la madrugada con cara que llevó al propio Joaquín a pensar que era… ¡Jesucristo aparecido! Viendo la cara de Joaquín te preguntabas por qué toda la literatura nupcial se montó alrededor de AC/DC, con lo bonito que hubiera sido montarla alrededor de Elvis.
   
 –Según las encuestas, son más los convencidos de que Elvis sigue vivo que los partidarios de la guerra de Iraq –le dijo un día el zascandil de Blair al estirado de Aznar comentando la foto de las Azores.

Elvis amenizando el bailongo la noche que Ramos dedica a “emborracharse y hacer el amor” da para un Corbacho del Arcipreste de Talavera, pero con AC/DC y una capea de unicornios la literatura tuvieron que ponerla los tuiteros. Me quedé con un cuento corto, muy Monterroso, de uno que tuiteó la cogitación de Ramos con ceño pensativo:
    
Si la novia va de blanco, ¿me tendré que poner la segunda equipación?
    
La boda de Ramos, en fin, servirá para disipar las maledicencias sobre la robustez económica del central madridista (“necesita dinero”, decían para justificar su repentino amor a la China). Bien mirado, en España no acude nadie a la boda de un caballero en apuros, y a la de Ramos fue toda la “Café Society”. Además, ha traído al madridismo un pan bajo el brazo, y no es Eden Hazard, sino Takefusa Kubo, el Messi del Sol Naciente: si realmente lo fuera, el movimiento de Flóper sería como el de McArthur cuando se subió al caballo imperial para desacralizar la figura del emperador.
    
Kubo viene a un gallinero de puntas (Asensio, Hazard, Bale, Brahim, Lucas Vázquez, Rodrygo, Vinicius, Odegaard) dispuesto a fundar el kubismo, que sería como el xavismo (“Yo entiendo el fútbol como una combinación entre espacio y tiempo”, dijo Xavi un amanecer) pasado por la cortesía japonesa.
    
Espero que lo cogerás con ruedas cuadradas –le dijo un anticubista a Apollinaire en una parada de taxis, porque Apollinaire justificaba el cubismo echando la pata por delante: “Cuando el hombre ha querido imitar la marcha, ha creado la rueda, que no se parece en nada a la pierna”.
    
En los videos de promoción, Kubo (“habilidoso, visionario, regateador y goleador") es un futbolista con ruedas que los madridistas presumen de habérselo quitado al Barcelona, por cuya cantera pasó de niño, para enviarlo, de momento, al pozo sin fondo del Castilla.


HAZARD Y FELLAINI

    Enternecedor, viniendo de quien viene, el mensaje que Marouane Fellaini tuiteó para Eden Hazard cuando éste firmó por el Real Madrid: “Good luck my bro on your new adventure proud of you”. Futbolísticamente, Hazard y Fellaini son la noche y el día: la habilidad y la pereza frente a la torpeza y la constancia. Para ver a Hazard acudieron al Bernabéu cincuenta mil piperos a los que Hazard repartió la comunión de los balones dando una vuelta litúrgica al campo. Fue como el momento de la comunión de los santos para Hazard y del perdón de los pecados para la directiva por la temporada de toma pan y moja que ha hecho el Real Madrid. La emoción, al fondo, de Fellaini, cual madre de Brian en “La vida de Brian”, fue nuestra emoción. Una vez más, en lo suyo, Fellaini lograba emocionarnos más que Hazard.