viernes, 21 de septiembre de 2018

Y ahora la Mezquita





Francisco Javier Gómez Izquierdo

         La obsesión por la Mezquita de Córdoba no podía tardar en tomar forma en el Gobierno de España, teniendo en cuenta que la que más manda es doña Calvo, “miembra” del Comité de “Expertos en la Mezquita” que se formó en Córdoba y del que ya dimos cuenta en su día. Doña Calvo se ha dado de baja del Comité para coger el puesto de ministra, va ya para cien días pero el resto de la cuadrilla con el “ilustre” Federico Mayor Zaragoza de ariete sigue con la “falsa pretensión” de que la Iglesia devuelva a los “¿cordobeses?” lo que les quitó ¿? con el gobierno de Aznar. Con ánimo de tener el horno siempre caliente y con doña Calvo explicando leyes en las más altas instancias judiciales, no hay día que el Comité de Expertos no utilice la prensa local para intentar convencer al atónito ciudadano incapaz de comprender tanto delirio.

       En Córdoba, como en la nación, hay un alcalde, alcaldesa, del PSOE pero los concejales son de la Izquierda Unida, sección PCE y del partido Podemos que aquí se llama Ganemos. Es decir, una alcaldesa a la que no se ha votado, pero el gobierno municipal está empeñado en convencer desde el diario y las radios -sobre todo la cadena SER- que los cordobeses “quieren” que les devuelvan la Mezquita como si los cordobeses hubieran sido amos en algún siglo o no estuvieran contentos de poder entrar en el templo todos los días sin pagar enseñando el carné de identidad, y no como por ejemplo en la Alhambra, donde se han detectado trapicheos ciento y donde los granadinos han de apoquinar 15 euros para ver "su" palacio.

      El modo de enredar el asunto de la Mezquita a mí me parece harto perverso pues se mezcla la inclinación dineraria de muchos obispos, cardenales y demás ensotanados que no tuvieron reparo ni vergüenza en inmatricular inmuebles que no les pertenecían: la casa del cura levantada por los aldeanos de los pueblos castellanos, hoteles en antiguos conventos, pisos por los que no se contribuye, etc. y que doña Calvo y su gobierno harían bien en regular con lo que el sentido común dicta en las cabezas de las personas normales que arrastran tradiciones, pongamos seculares.
     Las catedrales, las mezquitas convertidas en iglesias o en catedrales e incluso las ermitas, durante siglos y hasta hoy se han considerado de la iglesia por mal que les parezca a los ciudadanos que no creen en Dios y odian al Vaticano y sus representantes como parece la condición de doña Calvo y su Comité. La inscripción en el registro conforme a derecho de, sobre todo los edificios religiosos dedicados al culto, durante el gobierno de Aznar, tendría que haberse recurrido en tiempo y forma al parecer, y no se hizo, pero... a Doña Calvo parece importarle un bledo el Derecho, ¡ella que fue profesora de Constitucional en Córdoba y se escandaliza porque no se condene por violación cuando la figura delictiva fue anulada por su partido en el 94! y tiene a su Comité enfrascado en la derogación  de la voluntad del rey de Burgos Fernando III el Santo de donar la mezquita al obispado cogiendo de las guedejas el capricho real del hijo,  Alfonso X el Sabio, de someter las mezquitas conquistadas a la Corona de Castilla. Uno, que es poco ducho en leyes, cree que el rey Alfonso conquistó terrenos con mezquitas después que su padre y que la voluntad de su padre se ha de tener y más en aquel tiempo, por sagrada.

      De todos modos no creo que esas argucias leguleyas en las disquisiciones legales hayan de tenerse en cuenta hoy. Los cordobeses no quieren pagar por entrar a la mezquita como pagan en los Alcázares de propiedad municipal y donde la plantilla... ¡mejor no digo nada!. Los cordobeses son cofrades y están por la Semana Santa. Los cordobeses no votan a doña Calvo ni a su Comité de Expertos. Los cordobeses no quieren regalar la mezquita a los islamistas. Tampoco quieren que se convierta en un centro cívico y están hartos de que se les ponga de pantalla y se pontifique con que no querer lo que doña Calvo y sus amigos quieren es añorar el nacionalcatolicismo y el franquismo. Ésa es la cantinela de todos estos días. Los cordobeses saben que doña Calvo quiere la Mezquita para sí y sus aduladores. Para montar un negociete con las entradas como en la Alhambra. Como el que dice doña Calvo que tiene montado la Iglesia... pero ¡mire! los cordobeses entramos gratis, como usted doña a una Mezquita que ni ha sido ni será nunca nuestra. En todo caso de la Iglesia y de usted si se salta el Derecho.