domingo, 23 de septiembre de 2018

El Tenerife


Francisco Javier Gómez Izquierdo

       Sabido es que todos los equipos de fútbol del mundo tienen su particular muro de las lamentaciones en el que los aficionados sacuden como víctimas resignadas lo que pudo ser y no fue y lo que fue y no debió ser. Un servidor, que es ejemplar magnífico de la especie, venía anoche cavilando sobre el penalty fallado por nuestro Jaime Romero, tanta calidad como falta de entereza en los momentos decisivos, pues tuvo otras dos ocasiones de obligada transformación; el ilegible garabato al balón del oscuro Alfaro solo ante portería; la mala puntería de Quintanilla en oportunidad pintiparada, y claro está las magníficas paradas de Dani Hernández, uno de los pocos venezolanos que puede comer primer plato, segundo y postre. Es curioso lo de este portero que lleva en España más de quince años y al que siempre le calculo más años de los que tiene. Lo recuerdo del Valladolid, en el Jaén, en el Murcia, se fué a Grecia y volvió a Tenerife hace cinco años, donde se ha asentado como titular indiscutible. Su primer equipo fue este Majadahonda recién ascendido, al que llegó con el equipo en 3ª en 2002, según mis apuntes.
     
Las letras que suelo poner de los equipos de Segunda contra los que juega el Córdoba se resumen en esta jornada contra el Tenerife en el relevo en el banquillo chicharrero donde se ha ido a sentar Oltra, uno de los entrenadores más tristes que tengo conocidos. El afán de los isleños era defender. Defender con once, hasta con el talentoso Naranjo, un delantero que fichó el Celta por sus llamativos goles con el Gimnástico de Tarragona y al que fue cediendo incluso en el extranjero, hasta dar a parar en Tenerife donde le espera un suplicio con el nuevo míster. Oltra entrena la defensa y confía en un córner o una falta que decida los puntos del lado de su equipo y la máxima se cumplió al filo del descanso. Falta tonta de Bambock, este mozo tiene que regularse, y falta que saca Naranjo con tanta fortuna que roza la cabeza del pequeño Aguado, descolocando a Alberto, el segundo portero del filial de 3ª que tuvo que jugar por las especiales circunstancias del Córdoba CF.
    
Nos fuimos deprimidos al descanso, pero mira por dónde, los nuestros salieron corajudos ya sin De las Cuevas, un medio que vino por estar en el paro, y al que le sobran kilos y le falta aire -los treinta y muchos de anoche tienen tarea, la verdad-. Se sucedieron las ocasiones -paradas de Dani Hernández, penalty, fallos en la definición...- con el equipo tinerfeño encerrado en el área y no fue hasta el 90, cuando otro joven de Jaén, Álvaro Aguado, enganchó una volea de categoría desde fuera del área que hará inolvidable el partido como se hizo eterno el gol de Ronaldo el gordito al Compostela. No tenemos costumbre de obras de arte como la de nuestro número 37.
     
Del Tenerife destaco a Naranjo, llamado a jugar en Primera si se le educa cierta altanería de la que le bajó nuestro central Aythami; a Luis Milla, hijo de Luis Milla, jefe del equipo; Jorge Sáenz, el central que tanto prometía me da que se está quedando, aunque con Oltra puede que rebrote. Camille anda regular físicamente, Cámara interpreta como nadie el otro fútbol, Luis Pérez peca de precipitado; Alberto Jiménez, con Oltra hace de central en vez de mediocentro; y el hondureño Bryan Acosta es jugador solvente de 2ª sin más. Iker Undabarrena reparte estopa y Nano Mesa... Veremos cómo acaba Nano con Oltra. Malbasic, por supuesto no jugó. Bueno, sí. Salió en el minuto 89.

      ¡¡No vamos a sufrir esta temporada!! Bienvenido sea el padecer, si acaba con bien.