Xabi Alonso
Undiano Mallenco
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Perdió el Barça en San Sebastián y pareció un accidente por relajación. Cayó en San Siro tras un continuo pase atolondrado lejos del necesario sorprender. Ante Granada y Sevilla los triunfos no fueron como solían, y por fin, el Real Madrid anoche, descubrió la carencia física de un equipo al que le ha asomado la fiebre.
Tengo la triste sospecha de que Xavi no puede y si no puede Xavi, todos los buenos futbolistas del Barcelona empezarán a parecer peores, y si además son “un hoy cansado” -Dios no lo quiera- una letanía descalificadora asomará inmisericorde en las columnas de los que “ya lo sabían”. La mayoría de los entrenadores a los que se enfrenta el Barça se preocupaban por incomodar el pase de Xavi, pero la moda rompedora pasa por que no reciba. Si a ese principio estratégico le añadimos las propias carencias físicas, el equipo pierde la profundidad que facilitaba la diagonal del arquitecto imprevisible, para caer en un sobo de pelota tan alejado del terreno minado que lleva al convencimiento de que nada puede pasar.
Reafirmada de nuevo mi devoción por Xavi, más añorado cuando falta -¡cuánto han de agradecerle Messi e Iniesta su grandeza!- es de justicia señalar el partidazo de ayer del otro Xabi. Tan implacable en la vigilancia del tocayo como exquisito en los lanzamientos inteligentes hacia donde corre Cristiano, quien con la elegancia del atleta y el mejor estado de forma que le recuerdo desquició a la defensa azulgrana... y perdóneseme la manera de señalar, pero a pesar de su casta y las heridas de guerra que colecciona, que por supuesto se le agradecen, Puyol ya da menos que Mascherano, corre menos de lo que parece y se despista más de lo necesario. Guardiola ó Villanova hubieran dominado la jerarquía del capitán, además de sentar a Fábregas, que padece de una lentitud tan estudiada por el enemigo que lleva varios partidos pareciendo un paseante romántico. Últimamente acostumbra a salir Tello a arreglar los rotos del Barça con los ojos melancólicos que gasta Llorente en Bilbao.
No sólo hubo defectos catalanes. Mourinho ha pulido a un defensa que de verdad va para “mejor del mundo”, y no el otro. A Varane no le veía un servidor tanta capacidad de mejora, pero me rindo ante lo evidente. Xabi es al Madrid lo que Xavi al Barça. Xabi es y está. Le acompaña Khedira, mas pontonero que zapador. En mi mili eran valientes de la misma compañía, pero mi abuelo, que estuvo en la Guerra de África, me explicó el matiz. “...¡dónde va a parar! ¡Donde esté un pontonero que se quite un zapador!”. ¿Y Di María? Si le da por decir “aquí estoy yo” no hay zurda que se le iguale . Ni siquiera la de Özil, objeto de culto éste año 13 en la parroquia blanca... y por fin Cristiano: compromiso, valor, calidad... y sobre todo gol. Para mí, está como nunca.
No quiero olvidarme de Undiano. Una de las tareas más difíciles de realizar en España es arbitrar correctamente un Madrid-Barça. Hizo su trabajo mejor que los futbolistas y con mucho mayor conocimiento que espectadores y crítica. Cuanto más quintuplicaba la tele las repeticiones, más airoso salía el árbitro navarro. Y yo que me alegro.