Pelusas
(Colección Look de Té)
Jorge Bustos
Diego Armando Maradona ha anunciado solemnemente que en cuantito que se lo permita la agenda que lleva en Dubái, viajará a Buenos Aires para reconocer a su nuevo hijo, Dieguito Fernando, alumbrado hace días por Verónica Ojeda, que ya no es su novia.
—Quiero dejar claro que yo ya tomé mis decisiones y las voy a seguir tomando, siempre haciéndome responsable de las mismas.
Con este alarde de madurez sobrevenida a los 52 años, Maradona se reinventa y vuelve a maravillar el mundo esta vez por la vía del ingreso violento en la normalidad, pues convendrán ustedes en que nada hay más normal que reconocer a tu propio hijo, sobre todo si acaba de nacer. Sin embargo, es posible que El Pelusa no haya calculado bien las consecuencias de este giro convencional a su leyenda, erigida sobre un sólido consenso en torno a su malditismo de eterno juguete o adolescente roto o como se diga con que el mundo le ha venido distinguiendo hasta la fecha, ahora vemos que quizá sin fundamento. Si Maradona reconoce a su hijo, me temo que corre el peligro de devenir una persona cualquiera, contraviniendo flagrantemente la tesis de Calamaro.
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