EL "COGOLLITO"
-Para figurar en el "cogollito", en el clan, en el "grupito" de los Verdurin, bastaba con una condición, pero ésta era indispensable: prestar tácita adhesión a un credo cuyo primer artículo rezaba que el pianista, protegido aquel año por la señora de Verdurin, aquel pianista de quien decía ella: "No debía permitirse tocar a Wagner tan bien", se "cargaba" a la vez a Planté y a Rubinstein, y que el doctor Cottard tenía más diagnóstico que Potain.
POR EL CAMINO DE SWAN / MARCEL PROUST
Ignacio Ruiz Quintano