Estoy descubriendo a Ángel Ganivet y he topado con este párrafo que no puede venir más al fachendoso caso este país irremediable. Se encuentra en una carta que Ganivet dirige a Unamuno en 1898 y que la convención editora titula ya "El porvenir de España", añadiéndolo como epílogo al "Idearium español" de 1896 que acabo de terminar entusiasmado y sobre el que preparo un ensayito. Así dice:
-He estado tres veces en Cataluña, y después de alegrarme la prosperidad de que goza, me ha disgustado la ingratitud con que juzga a España la juventud intelectual nacida en este periodo de renacimiento; a algunos les he oído negar a España. Y, sin embargo, el renacimiento catalán ha sido obra, no solo de los catalanes, sino de España entera, que ha secundado gustosamente sus esfuerzos. En las Vascongadas sólo he estado de paso; pero he conocido a muchos vascongados; los más han sido bilbaínos, capitanes de buque, y éstos son gente chapada a la antigua con la que da gusto hablar; los que son casi intratables son los modernos, enriquecidos con los negocios de minas que no sólo niegan a España y hablan de ella con desprecio, sino que desprecian también a Bilbao y prefieren vivir en Inglaterra. El motivo de estos desplantes no puede ser más español; es nuestra propensión aristocrática: en cuanto un español tiene cuatro fincas, necesita hacer el señor; vivir lejos de sus bienes, contemplándolos a distancia y cobrando las rentas por mano de administrador.
Siendo Ganivet cónsul en Riga, preso de depresión noventayochista, se tiró al río Dvina a los 33 de años de edad. Lo llegó a rescatar con vida un barco que pasaba, pero Ganivet volvió a saltar por la borda y a la segunda se ahogó, como quería. Esos son cojones.
Abrazo y Feliz Navidad,
Jorge