lunes, 5 de febrero de 2024

"¿Qué carajo es esto?"


Peter Sloterdijk


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Que en la primavera canaria se nos privara de Bellingham por un manojillo de tarjetas disciplinarias condena a la irrelevancia a una competición carnavalesca que cuenta desde hace treinta años hasta con una figura mítica del folclore catalán, el Relator, reconocido por Xavi en rueda de prensa.


Es un partido para la leyenda negra del Madrid de los que quedan para treinta años –dijo el Relator sobre el Real Madrid-Almería por tres “correcciones correctas” del Var, donde no estaba el paisano de Bárbara Rey, Chendo, sino un canario con fama de culé, Hernández Hernández (no confundir con los amables Fernández).


Una leyenda negra del Madrid para tres décadas es más de medio lustro de los del ministro Urtasun, y diecisiete años de Negreira yacen, al fin, sepultados bajo la doble llave de unas “correcciones correctas” del Var en el Bernabéu, en partido contra el colista. El Relator se encampana aquí como el Joaquín Costa del “furbo” con su doble llave al sepulcro del Cid, y es normal que Xavi lo lleve en andas por las ruedas de prensa, elevándolo a la categoría de “Avi” catalán.


Por Fernández Flórez, autor de “El sistema Pelegrín” (Fernán Gómez en el cine), sabemos de la importancia del “avi” catalán. Se le ve y se piensa: “¡Qué bueno debe de ser este anciano caballero!” Los catalanes lo preparan para ser “avi”, y todo en su vida ha sido un camino para llegar a esta edad y a esta condición preciosa. No se produce espontáneamente, sino que los catalanes lo logran, a la manera que las hormigas y las abejas logran sus reinas. El “avi” tiene la función de segregar sobre aquella cuestión que se le asigna la sugestión de su patriarcalismo. De ahí el respeto de Xavi al "avi". El "avi" habla (¡una maldición de treinta años de leyenda negra!) y el respeto a la vejez impide contradecirle. Desde los grabados de los periódicos “irradian una respetabilidad irresistible sobre las ideas que defienden, sobre los grupos que acaudillan, sobre la ciudad en que viven, sobre su sastre, sobre su bastón”.


Pelo tranquilo, barbita inspiradora de confianza, y las arrugas preferentemente localizadas en el ángulo externo de los ojos, para insinuar la idea de que ha sonreído muchas veces con larga bondad.


Así se presentó el Real Madrid en Las Palmas: con la leyenda negra de treinta años porque el Var anuló un gol del canterano Arribas para el Almería por falta previa a Bellingham… y sin Bellingham, que sale a tarjeta por partido, como Vinicius, por ser la estrella rampante.


What the fuck is this? –preguntó el inglés mirando al árbitro a mitad de derbi.


Traducción de Google, que huye de las palabras malsonantes: “¿Qué carajo esto?” Pues esto, señor inglés, es España, la liga española, el fútbol español, donde toda la ruidajera mediática está enfocada a hacer creer al público que el que juega es el Gerona de Michel, que la víctima es el Barcelona de Xavi, y que el que roba al pueblo (¡el pueblo sería el colista!) es el Madrid de Ancelotti en un carnaval periodístico de viudas de Modric (¡por qué no juega Modric!) y palos a Tchouaméni (¡por qué juega Tchouaméni!) después, por supuesto, de arrearle bien a Vinicius. “What the fuck is this?”


Entre tus líneas ocurren cosas tan divertidas como las conversaciones entre don Quijote y Sancho sobre las artes militares y las bellas letras –le decía a Bonifacio el chileno Roberto Matta–. Igual que tu línea, que es una línea que canta, que baila… Son las líneas que uno encuentra en la anatomía, en la zoología, en las partes más complicadas del ser humano.


El fútbol barroquísimo de Vinicius, que es él solo toda la Contrarreforma contra el pestífero tiquitaca de los c… (“Todas las semanas la misma m…”, en palabras, también, de Jude Bellingham).


Fue bonito ver de comentarista en Las Palmas a Schuster, que estaba colorado (por el sol, no por los compañeros), y es el primer comentarista en ponerse colorado que vemos. Su esfericidad cardenalicia fue una impresión “brutal”, adjetivo que distingue al nuevo tonto contemporáneo en España, porque a Schuster lo recordábamos elegante y atlético. De hecho, uno creyó por un momento que era Peter Sloterdijk, el filósofo de las esferas, que había concedido una entrevista a Martínez para hablar del caso Klopp, que deja al Liverpool (“You’ll never walk alone”), decisión que luego copió Xavi, que en junio dejará al Barcelona. Como entrenador progresista, Gandhi de Sampedor aparte, ya sólo queda en pie Xabi, el chico de Perico Alonso, con fama de cultivado porque ve series de TV, y que trabaja en Alemania, donde todavía tiene tiempo para vender feminismo y luchar contra la “remigración”, que es una cosa que puede hacer el SPD, pero no la AfD, y tal y tal y tal.


En resumidas cuentas: ¡bendito Ancelotti!




@realmadrid


UNA ANCIANA ESLOVENA

El uefo Ceferino, que presume de ser abogado, cuenta con un pez gordo detrás de su animadversión a la Superliga: una ancianita eslovena. “Conocí a una anciana en la calle, en mi país, Eslovenia. Tenía 80 o 90 años, hacía tiempo que no seguía el fútbol. Me paró y me dijo: ‘Gracias por detener a estos bastardos’ (a los promotores de la Superliga). Si tienen recursos para viajar y hacer este espectáculo de los Monty Python, está bien. No me importa y a la comunidad futbolística tampoco. No tienen a nadie. Son bromas que no nos importan”. ¿Por qué razón el fútbol está en manos de estos patanes?


[Lunes, 29 de Enero]