lunes, 26 de febrero de 2024

Pesadumbres


La Flora en el Huerto del Rey



Atardecer en Barbate

                     

Francisco Javier Gómez Izquierdo

        

        "Detenido un joven en Burgos por matar de un puñetazo a otro de Valladolid que celebraba una despedida de soltero en una zona de copas. El presunto homicida vive en Gamonal con sus padres y se le sitúa entre los aficionados radicales del Burgos CF". Así me llegó ayer tarde una noticia que me dejó un rato sin palabras. Y el caso es que estaba viendo cómo mi Burgos ganaba al Spórting en El Plantío.


          No es desconsuelo ni amargura. Tampoco tiene que ver con la tristeza o pesar que te envuelve cuando se mueren los familiares. Tengo recientes los padres y dos hermanos. No. Es una pesadumbre extraña; una especie de melancolía que te dice que hay fatalidades que no tendrían que producirse. Un ¿por qué la gente no es normal y se afana en sus asuntos y deja al vecino ocupado en los suyos? ¿Por qué se desprecia y odia tanto? ¿Por qué en Barbate y por qué en Burgos, mis sitios? ¿Por qué hay elementos crueles y despiadados que ensucian El Plantío de mi Burgos C.F.? Me es difícil asimilar tanta maldad de balde. Tanta maldad que no busca beneficio. Tanta maldad para presumir de requetemalo.


         El Cabra de La Línea que asesinó en Barbate y el borrego gamonalino que asesinó en la Flora, allí donde quedamos los de la cuadrilla, allí donde de joven el gran Melquíades se bañó en su fuente y donde ya de reconocido esquilador mostraba su arte en los Sampedros, son dos de los muchos salvajes cultivados por unos educadores -padres y pedagogos- que a mi modesto parecer educan sin el principio fundamental y elemental de los respetos debidos.


 Para no señalar ni profundizar se habla del respeto debido en abstracto. No se individualiza en los respetos porque está instaurada la cultura del "me cae mal", nosotros somos los "güenos" y ellos los malos y se convive con alegría y satisfacción con un racismo peor que indecente. Hay feroces salvajes que creen que sólo se es racista siendo blanco y odiando a los negros, pero que a los fachas o a los rojos se les puede odiar, y ¡bueno!, se ha llegado a asumir que odiar a los españoles no sólo da prestigio sino también votos ¡¡¡en España!!!


      En Gamonal, que es barrio de Burgos; en Fátima, que lo es de Córdoba; o en Barbate, que es pueblo marinero, trato con personas normales. Con personas que saben qué cosas están bien y qué cosas están mal. Con personas que se descomponen cuando un paisano mancha sus geografías. En Barbate, en Córdoba y en Burgos tengo vistos elementos detectables a simple vista a los que es menester aplicarles un desasnamiento sin contemplaciones, pero da la sensación de que la clase política es muy partidaria de cultivar borregos fanatizados y proteger con aplicación a las cabras montaraces.


     Permitan que no esté de acuerdo con la clase política y respeten que desde mediados de los ochenta no participe en determinadas farsas disfrazadas de democracia. Déjenme con las personas normales.