miércoles, 14 de febrero de 2024

La Frontera


Patera en la playa de la Yerbabuena y Río Barbate





           Francisco Javier Gómez Izquierdo


              La historia demuestra que las poblaciones fronterizas son propensas a refugiar todo tipo de estraperlistas, matuteros, contrabandistas, y en las de costa también piratas... así como clanes familiares de valentones arriscados a los que los siglos han ido radicalizando con una feroz impiedad hasta este XXI en el que la Humanidad parece insensible ante tanta brutalidad. A la Elvas de Portugal el español de los 70 pasaba a comprar toallas baratas que luego vendía en el ultramarinos del pueblo y por La Junquera los reprimidos pasaban al Perpignan de la Francia a ver El último tango. Con la llegada de la democracia los alijadores se localizaron en Galicia y el Estrecho de Gibraltar. El imaginario colectivo -conforme mi particular parecer- vio a los gallegos que pasaron del tabaco a la cocaína como traficantes malos, y a los del Estrecho como buscavidas tirando a simpáticos porque se dedicaban al tabaco y el güisqui gibraltareño y al hachís moruno.


           El hachís, lo que fumaban los protagonistas "güenos" de las películas ochenteras, los cantantes, los estudiantes en los guateques y los hippies de la paz y del amor no tuvo nunca mala prensa por lo que en La Línea, Algeciras y en la desembocadura de varios ríos del Campo de Gibraltar comenzó a desarrollarse un tráfico tan descomunal de lanchas que a día de hoy son los "manejantes" de ese movimiento ilícito de "sustancias" como dicen los partes de la Guardia Civil, los que mejor controlan el Estrecho. 


       El gran Abilio con su marcaje inmisericorde a Almanzor me tiene dicho hace años que indague con lo del "año de Barbate", pues al parecer y según crónica de un tal Ahmad Al Razzi, así se llamó al que corresponde al 750, pues "...finchó un rrío que ha su termino que ha nombre de Barbate et aquel día queste rrío finchó, avía tres annos que nom lloviera..." "... e por éso llamaron aquel anno el anno de Barbate..." El cambio climático ya hacía estragos en el siglo VIII.


        Tras siglos con escasa población, Barbate empezó a ser el Barbate de hoy con la instalación de fábricas conserveras, actividad industrial que a comienzos del s. XX atrajo muchas población del poniente español y al parecer de Portugal. Eran estos emigrantes gente pobre de solemnidad. Se asentaron en una zona llamada aún hoy El Zapal en la que levantaron chabolas insalubres y donde llegaron a vivir, según J.J. Benítez que dice que se perdió de niño entre ellas, más de cinco mil personas, reduciendo a unas tres mil las estadísticas municipales, sin agua corriente y sin luz. Este 24 se cumplen 50 años justos, pues fue un sábado de noviembre de 1974 cuando "...fueron arrasadas las últimas chabolas de El Zapal, presenciando la demolición, en un ambiente de júbilo popular, el gobernador civil..."  "...existían 530 chabolas en las que habitaban en condiciones infrahumanas 2.365 personas..." Estas familias fueron alojadas en tres barriadas distintas. Los barbateños veteranos hablan de zapalerío y zapaleño cuando quieren señalar la mala educación y al "gentucerío y bajunerío" de alguno de sus vecinos, pero los supuestos descendientes de El Zapal respetaban a la autoridad. Aceptaban que andando en cosas malas te pueden pillar y si te pillan pues "¡nada! a pagar cárcel".


       En todo este Cafarnaúm, que diría don Josep Pla, que se ha liado en Barbate con el asesinato de dos servidores públicos, hay un detalle crucial en el que a mi parecer no se quiere escarbar. ¿Cómo es posible cultivar tanta cantidad de "sustancias" y enviarlas desde Marruecos sin que allí, al otro lado de la Frontera, se haga nada para evitarlo? ¿Por qué se ha relajado la presión que ejercía la Guardia Civil en este lado de la Frontera? ¿Por qué las penas son tan baratas? Y por último, ¿por qué el ministro cree en la bondad de ciertos ciudadanos y desprecia tanto a los que tiene obligación de ayudarles en sus carencias y necesidades? Carencias y necesidades que son las de la gente normal. Si los pobrecitos que guían las lanchas de cien mil euros cobran las ayudas que el Estado tiene dispuestas ¿por qué no dispone el Estado la protección efectiva de todos los ciudadanos?