viernes, 16 de febrero de 2024

El Estado vulpino


Maquiavelo

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


El Estado como central hidroeléctrica fue una imagen de nuestros costumbristas para describir la cultura nacional del enchufe. “Soviets y electrificación”, había resumido Lenin su revolución.


Del Estado terrorista de Lenin, a España llegaron las chekas, como sabemos, y también la electrificación, pero como metáfora de un sistema de colocación que el 78 ha santificado: dos tercios del país viven de la electricidad que produce el pedaleo del otro tercio. Lo llaman Estado de Bienestar, una central hidroeléctrica que acalambra cuanto toca, y lo toca todo, incluso la lírica, como pone de manifiesto el jefe de la patocracia española, Sánchez, un tipo que hizo nacer a Machado en Soria, y que ahora, en representación del país de Bocángel, Quevedo y San Juan de la Cruz, acude con los versos de “Zorra” a Eurovisión “pour épater le bourgeois”, como hace cuarenta años con las insensatas Vulpes del Rock-Ola. Hoy “le bourgeois” debe de ser frau Von der Leyen, la Morgana que nadie votó y que culpa a Rusia y al Cambio Climático de las tractoradas en Europa.


A mí me gusta este tipo de canciones –declara Sánchez, haciendo gala de la sensibilidad de un rucio–, aunque a la fachosfera le gusta más el “Cara al sol”.


Al patócrata se le ve perdido en el zoo de las ideas de Isaiah Berlin, donde conviven dos especies, los erizos y las zorras, y Urtasun, esa mata de habas, no parece el lazarillo que pueda sacarlo del perdedero. ¡El patócrata en su laberinto! Nace, pues, el Estado vulpino, que pronto será la envidia del mundo. “Estoy en un buen momento (zorra, zorra) / Reconstruida por dentro (zorra, zorra). / Y esa zorra que tanto temías se fue empoderando”… Del empoderamiento de la zorra ya se preocupó Maquiavelo en “El Príncipe”, libro que Sánchez no toca ni con un palo por suponerlo propaganda monárquica del tuitero audaz:


Porque el león no se cuida de las trampas ni la zorra de los lobos, fuerza será ser zorra para conocer las trampas y león para amedrentar a los lobos.


A Sánchez lo emociona “Zorra” porque son versos ratoneros, que no es lo mismo que sencillos, como los de Martí, de donde sacó Ridruejo el “Cara al sol” (“Yo soy bueno y como bueno / Moriré de cara al sol”), pues en la música no es cosa de entrar. Si acaso, su hermano David, que estudió solfeo… ¡en Rusia! En San Petersburgo, donde Sofía Casanova oyó a Lenin decir, año 18: “Afirmados en Rusia, nos apoderaremos (¡chekas y electrificación!) de España”.


Por Cañabate sabemos que el músico Tellería fue a registrar su “Cara al sol” el 8 de julio del 36, y en el formulario inscribió como autor de la letra al Arcipreste de Hita. Vale, dijeron los chequistas. Pero ¿y la música? Tellería se defendió diciendo que era muy prolífico y que no se acordaba:


Si alguno de los señores del tribunal recuerda el “Cara al sol” y me lo canta, yo le diré si es mío o no.


Bienvenidos al nuevo Siglo de Oro.


[Viernes, 9 de Febrero]