lunes, 28 de diciembre de 2020

El Mejor de la Historia

 

Santillana

El Salto del Ángel

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Y el Mejor Centrocampista de la Historia es… Xavi.
    

Xavi Hernández, español de Tarrasa, ex cerebro de España. (Ex “cervell d’Espanya”, para los de la inmersión). El que la toca (no se trata de jugarla, sino de tocarla).
    

Para las gentes con dificultades para asociar los conceptos de “fútbol” y “cerebro” aconsejamos la explicación que daba Santayana, tomada de William James, para quien el cerebro humano posee “una organización como de pelos de punta; su vida es terriblemente experimental: depende peligrosamente de las oscilaciones de una aguja viviente, la imaginación, que nunca apunta al verdadero norte”.
    

Los pelos de punta han sido el icono xaviano para la generación de españoles educada en el tocamiento culé:
    

––Xavi toca la pelota de forma magnífica –dejó dicho Artur Mas, antes de hacerse a un lado.
    

Xavi, el bosón del tiquitaca nacional-culé, pues Xavi, como dijo el marqués de Del Bosque, “es más importante que el seleccionador”, y lo que sabía Xavi no lo sabía nadie.
    

Xavi, el único futbolista capaz de poner el balón en el tejado de Russell y Einstein cuando resume el fútbol en medio tuit: “En el Barça entendemos el fútbol como espacio-tiempo. ¿Quién lo domina? Busquets”.
    

Quien posea a Busquets, posee al fútbol. Es el yihadismo culé de la posesión.
    

Si miramos el resultado (7-0), nos quedamos en lo superficial. ¡El balón fue nuestro! –explicó Xavi la derrota culé ante el Bayern.
    

El secreto de la posesión pasa por el “céspet”: el césped visto como una “volcaíta” del monte de Venus, que cuenta con una agrupación de defensores reunidos por el colombiano Rodrigo Maya Blandón (“césped alto y seco”) que tienen como una referencia a Henry Miller en “Trópico de Cáncer” (“una cuca afeitada es como una ostra: insípida y horrible”) y culmina con la avaldanada alusión del poeta Rafael Montesinos: “... esa ensortijada gracia oscura / cárcel de luz, recóndita angostura”…
    

Mas política, y esto es una sospecha de Thomas Mann, viene a ser todo lo contrario que esteticismo, y el “cervell d’Espanya” dijo un día: “Cuando salgo al campo y veo la senyera me gusta”. Y como se ve que aquí no veía todas las que quisiera, Xavi, ya muy arrebatado por la cuestión social, marchó a Catar, donde vio que “el emir y la familia real son muy detallistas... Los veo muy humildes para lo que podrían ser”. Y se puso a predicar el fútbol en el desierto: “El fútbol es el único deporte donde se insulta al trabajador. Es inadmisible, por ejemplo, que se insulte a un camarero al hacer su trabajo…”


    Dicho lo cual, sentó cátedra:


    –Mourinho no pasará a la historia.


    Pero la historia no la escriben los vencedores, sino sus herederos, que siempre son los franceses: ideólogos, doctrinarios y, en último caso, historiadores designan finalmente al triunfador, y el triunfador es… Xavi. Lo dice “France Football” (la “prestigiosa revista gala”, aclaran en España), que ha dictado el Mejor Once de la Historia: Yashin, Cafú, Beckembauer, Maldini, Xavi, Matthaus, Messi, Maradona, Ronaldo, Pelé y Cristiano.
    

Los historiadores, se nos ha dicho, “son abogado0s de las banderas ideológicas del pasado que refuerzan sus ideologías presentes”. No están ni Di Stéfano ni Cruyff, pero está Xavi, el mejor mediocentro de la historia para la Fefé francesa.
    

–Xavi la mueve –decía el Sabio de Hortaleza, que fue quien lo inventó cuando Xavi se asomaba a la treintena.
    

Todo el mundo mirando al Barça y a los sabios del fútbol les lleva una década descubrir al mejor mediocentro de la historia, que ni defendía (no era Casemiro) ni atacaba (no era Schuster). Ni los evitaba ni los metía. Un Modric sobrevalorado, aunque sin Balón de Oro. Tenía un borceguí en el Manzanares, cuyo rocío mantenía la hierba rápida como el Xavi del “tuya-mía” quería. Entonces ocurrió el milagro y por el escotillón de la historia se nos fueron Sócrates y Falcao, Zidane y Platini, Schuster y Redondo. ¡La historia los absolverá!
    

“La historia me absolverá” era una frase favorita de Fidel Castro, no se sabe si a sabiendas de que ya la había usado Hitler cuando su fracasado “pust” del 23 en Munich. Al final, Croce llevaba razón: toda narración de la historia es contemporánea.
   

 ¿Cómo no van a caer de la historia los nombres de Cruyff y Di Stéfano, si en la High School de San Francisco ya ha caído el nombre de Abraham Lincoln “porque el expresidente no demostró que las vidas de los negros le importaban”?

 

 

...el cerebro humano posee “una organización como de pelos de punta"...

 

ALAS Y LARGUEROS


    “Colgar las alas” es la serie sobre Casillas, el portero que vivió “colgado del larguero”, aunque lo más interesante ocurra cuando sale Mourinho. El mourinhismo, que degeneraría en el “mauriñismo” denunciado por Hughes, fue el gran ismo cultural de nuestros jetáceos, la piedra de toque para la columneja y el librillo. En medio, Casillas. ¿Santo o topo? Santo para el progre y topo para el facha. “Asumí que yo era el topo”, confiesa en la serie. Justo cuando el animal totémico de la izquierda dejó de ser el topo (¡el viejo topo de Toni Negri!), símbolo mítico del sótano y la clandestinidad, y para ocupar su sitio propusieron a la serpiente, criatura con currículo gnóstico y acreditada agilidad en lo horizontal. Qué tiempos.

[Lunes, 21 de Diciembre]