jueves, 13 de noviembre de 2014

El precio de las multas

Vigilando la puerta de la cárcel 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

           Hace quince años, cuando aún se pagaba en pesetas y los jueces sentenciaban a los delincuentes con un albedrío desconcertante, se encontraba usted con que un ladrón de coches o un tironero de bolsos de señora acumulaba condenas susceptibles de ser sustituidas con el pago de multas. Las madres de los yonquis estudiaban las condenas y pagaban en el juzgado de instrucción nº 3 la multa de cincuenta mil pesetas y dejaban a deber la del nº1 con veinticinco mil. Su Señoría del nº3 tasaba el día en quinientas pesetas lo que significaba, cien días de cárcel, mientras el del nº1 valoraba el día en cinco mil,  lo que limitaba la estancia a sólo cinco días.
         
En el mundillo de abogados, delincuentes y carceleros nunca se ha entendido tanta disparidad en el precio de un día en libertad, pero todos la aceptaban como una lotería judicial en la que depositar esperanzas. Después de quince años todo sigue igual y así Rafael M. G. se ha acercado a Madrid con sus hermanos para pagar una multa de cincuenta mil euros que de no abonarse sería sustituida por pena de prisión a razón de seis euros diarios. Es decir, más de ocho mil días de talego...... por cincuenta mil euros.

         En Córdoba van a hacer un Ciudad de la Justicia y el Consejero de la cosa, señor De Llera, estuvo mirando ayer los terrenos. El señor De Llera, que además tiene título de Fiscal, no disimula su antipatía por la perseverancia de una juez que mientras él hablaba en Córdoba de las bondades de los funcionarios de la Junta de Andalucía de la que él es uno de los más destacados barandas, mandaba a detener a varios de esos funcionarios. A pocos metros de donde discurseaba el señor de Llera detenían a un tipo al que dice la prensa le llegaron a untar con más de un millón de euros por conseguir contratos con el Gobierno andaluz.

     El señor de Llera no quiere a la jueza Alaya. Le dice cosas feas por lo civil y que no es competente en lo criminal, por lo que ante tan mala disposición del que fuera Fiscal no nos sorprendería que la picaresca bien vestida, bien comida y bien bebida, asentada en el palacio de San Telmo y alrededores, ande negociando con los futuros sentenciadores el precio de las multas por venir.

      Y lo que valga para Andalucía, pues valdrá para Cataluña, Madrid y Cartagena. ¿Veremos día a diez mil euros?

 Les parecerá a ustedes majadería de orate, pero tiempo al tiempo.