viernes, 14 de junio de 2013

Un muletazo de El Juli para la posteridad*


Bajando hoy por la Calle Nueva de Almada,
 me fijé de repente en la espalda del hombre que bajaba delante de mí.
Era la espalda vulgar de un hombre cualquiera.
Fernando Pessoa, Libro del Desasosiego

Y sí, recordando en su natalicio al inmortal Pessoa, hay que hacer relación, como del cielo al cerdo, y hablar de este muletazo, cuya foto, hecha por un tal EL BOMBA, hace revuelo dentro de la afición contemporánea. Es El Juli en Aranjuez: una faena ante un toro discreto a todas luces, que hizo las delicias de la afición torerista (ya que el animal no importa), rematada además con una estocada defectuosa que produjo derrame al toro, y que fue premiada con las dos orejas del animal, mientras al mismo tiempo en Madrid, unos 21 hombres se jugaban la vida con la importante corrida de Adolfo Martín.
Pero de estas tristezas está tejida la vida. ¿Qué es lo que interpretamos del muletazo los que rechazamos este mantazo barredor, alisador de los granos de arena,  o quienes ven en él una cumbre del toreo poderoso? Es evidente que la mano baja, tan baja que incluso arrastra más de la mitad de la muleta por la arena.

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*Al hilo de la literatura de Pepe Morente, rapsoda de Julián López

Peligros de la tauromaquia juliana o contemporánea