sábado, 29 de junio de 2013

Paellas

La romántica paella española
Lo trágico del pollo y lo cómico del conejo
Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Un español con megáfono y nada que hacer: he ahí la justicia popular.

    El español con megáfono y nada que hacer acude a la puerta de la Audiencia y allí llama “¡ladrón! ¡ladrón!” al que entre y al que salga.

    Los franceses de la Revolución tenían a pie de patíbulo a las “tricoteuses”. Los españoles de la Democracia tenemos a la puerta del talego a estos manolos del bombo de la honra.
  
El penúltimo personaje en pasar por las horcas caudinas de la megafonía popular ha sido el ex mayordomo del PP, Bárcenas, enchiquerado por movimientos de cuentas que en lógica judicial indican riesgo de fuga, que es como si enchiqueran a Messi después de verlo esprintar.

    Y ahora, ¿qué?

    Para ayer, en Lasarte, una plataforma de presos tenía anunciada a doce euros una paella española en apoyo de la causa de los reclusos etarras, incluidos, se supone, los matarifes de Ramón Díaz, el cocinero de la Comandancia de Marina de San Sebastián.
  
Mais ça serait l’anarchie, voyons! –exclamó horrorizado el patrón de “La Biche”, en la parisina rue de los Mártires, cuando un español del Consulado pidió una paella.
  
Para comprender el espanto de aquel buen burgués francés, Camba invitaba a los lectores a transportarse al 1830, cuando los románticos trataban de imponerse a los neoclásicos.

    –No se concebía entonces que se mezclase en ninguna obra lo trágico a lo cómico.
  
¡Qué gran pelea, aquélla! Mientras el romántico Víctor Hugo se jactaba de haber llamado al cerdo por su nombre (“j’ai nommé le cochon par son nom”…), los críticos arremetían contra el neoclásico Racine por haber empleado la palabra “perro” en un verso de “Athalie”.
  
Hoy las normas clásicas han muerto y la benéfica paella española de Lasarte es un plato romántico, lleno de color local.

    Este romanticismo abarca a nuestra derecha, también muy amiga de mezclar lo trágico a lo cómico, aunque, una vez precintados los cocineros michelines, no va a tener quien le haga una paella a Bárcenas.