viernes, 28 de junio de 2013

El blocao




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    “Blocao” es palabra alemana que designa a una trinchera ambulante, como del Ikea, muy de moda en la guerra de Marruecos, aquel Vietnam para pobres.

    Alrededor del blocao el periodista José Díaz Fernández publicó en 1928 una “novela de la guerra marroquí”, hoy rescatada por Eduardo Riestra en sus Ediciones del Viento con fotografías del archivo de ABC, periodísticamente “epigrafiadas” por Bieito Rubido en la presentación, donde luego se habló de la azarosa vida de José Díaz, perdido, como don Beltrane, en la grande polvareda de aquel tiempo de peonzas.

    Díaz fue orteguiano: peleonero, en fin, contra Primo y por la República, a pesar (gracias a la memoria de pez que impone el periodismo) de ortegajos (las cosas de Ortega) como el del 13 de febrero de 1920 en “El Sol”, a tres años de Primo y a once de la República:
    
Un gobierno militar tendría la ventaja de acabar con estas farsas parlamentarias que tanto nos repugnan... Son los militares los que deben imponer silencio y orden en este galimatías político, dando con su sable en los consejos ministeriales y apoderándose del poder si la Corona no cree llegado el momento de otorgárselo de buen grado.

    “Blocao”, decíamos, es palabra alemana, pero corta, que ahora sabemos que en Alemania la juventud, reacia al esfuerzo que supone pronunciar las palabras-río de sus mayores, se está pasando al inglés, como la juventud española, menos hecha aún al esfuerzo, se ha pasado a la onomatopeya, y en su guerra con Wert sólo se oye un “¡huuuu!” como el que don Fernando Bergamín dirigió en los toros al Palco Real cuando Morante brindaba a la Infanta.
    
La guerra con Wert es la de la beca con que el Estado garantiza a todo el mundo un título universitario. Acomodado en la gandulería pública, no veo al estudiante saliendo de su blocao de defensa del cinquillo de la beca para curiosear en la librería sobre el blocao de la guerra de Marruecos.

    Y olvidaos de “Rayuela”, libreros.