Robert de Niro en Los intocables de Brian de Palma
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El Pera es el Pera porque, siendo todavía un chiquillo, vino a Madrid, le quitó a punta de navaja el loden a un niño pera y, con él puesto, volvió a Leganés, donde los colegas lo recibieron con una opinión unánime:
–¡Pero si pareces un pera!
No todos los peras, pues, son peperos.
El penúltimo descubrimiento de los Pinkerton es que Bárcenas gasta un gabán Chesterfield como el de Robert de Niro que hace de Al Capone en “Los intocables” de Brian de Palma, con lo que la pregunta que queda en el aire es si no serán gánsteres todos los caballeros con Chesterfield.
–¿Para quién se viste la mujer, Marbel? ¿Para el hombre? –preguntó Ruano al primer modista español que salió con una colección de trajes al extranjero.
–Nunca. La mujer se viste siempre para la mujer.
Pero Bárcenas no es una mujer.
¿Para quién se viste Bárcenas?
En este punto del espectáculo, Bárcenas se viste para el psicólogo, para el calígrafo, para el portero y para ese reportero sabueso y cursi que ha leído en el Metro a Roland Barthes y se ha hecho adicto al “gestus” social brechtiano de la representación.
La verdad del conjunto, los papeles, borrada por la exactitud de la parte, el gabán, con Bárcenas desapareciendo bajo el cuello de terciopelo de su Chesterfield.
–A partir del momento en que un teatro se vulgariza, le vemos exagerar cada vez más el vestuario, que no tarda en convertirse en la atracción decisiva del espectáculo.
La difícil concordancia del atuendo y el rostro.
¡Cuántos rostros totalmente modernos ingenuamente colocados sobre falsas gorgueras y falsas túnicas!
En estos casos, Ullán sacaba a relucir a “La chica del póster”, del alcoyano Francisco: “Se hizo vestidos, lució brillantes, / y ya no fue la misma chica que era antes. / Se acostumbró a vivir seis meses en París, / pero ni un solo día pudo ser feliz…”
¡Será por literatura!
Y ahora, ¿qué gabán me pongo yo para ir mañana a Valdemorillo a ver los victorinos?