PEPE CAMPOS
Plaza de toros de Las Ventas.
Jueves, 18 de julio de 2024. Cuarta novillada nocturna de verano. Algo más de un tercio de entrada. Noche calurosa de julio, llevadera.
Cuatro novillos de El Cotillo (procedencia Jandilla —Juan Pedro Domecq—). Dos (segundo y quinto) del mismo ganadero anunciados Hermanos Collado Ruiz (procedencia Bernardino Piriz). Bien presentados, mansos, nobles, flojos. El tercero, inválido. Dieron mejor juego los de Collado Ruiz, aunque con el mismo comportamiento, en la misma línea, sin diferencias notables.
Terna: Manolo Vázquez, de Sevilla, de grana y oro, con cabos blancos; silencio tras aviso y silencio; de veintitrés años; en 2023, siete festejos. Fabio Jiménez, de Alfaro (La Rioja), de berenjena y oro; saludos tras aviso y división de opiniones; de veintiún años; en 2023, once festejos. Mario Navas, de Valladolid, de azul y oro, con cabos blancos; silencio y saludos; de veintitrés años; en 2023, dieciséis festejos. Manolo Vázquez, se presentaba en Las Ventas.
Fabio Jiménez y Mario Navas, junto a Valentín Hoyos, se clasifican para la final de las novilladas nocturnas que se celebrará el próximo jueves 25 de julio.
Suerte de varas. Picadores: Primer novillo —Aurelio Cruz—, primera vara, trasera, leve, segunda, picotazo tras la cruz; de las dos varas el novillo salió suelto, tras la primera perdió las manos. Segundo novillo —José María Fernández—, primera, trasera tras rectificar, segunda, picotazo tras la cruz; el novillo salió suelto. Tercer novillo —Plácido Sandoval ‘Tito’—, primera, trasera, sin castigarle, la segunda, trasera, el novillo salió suelto y tras la primera dobló las manos. Cuarto novillo —Romualdo Almodóvar—, la primera, trasera, pegándole al novillo y tapándole la salida, en la segunda, trasera y le da fuerte; de ambas el novillo salió suelto, tras la segunda perdiendo las manos. Quinto novillo —Manuel Burgos—, primera, al relance, se rompe la vara, después, trasera, con metisaca, en la segunda, trasera, dándole fuerte. Sexto novillo —Héctor Vicente—, la primera, trasera, tapándole la salida, la segunda, picotazo tras la cruz, el novillo salió suelto.
Puede que fuera porque los novilleros que estaban citados en Las Ventas, ayer noche, llegaron a la cita madrileña más placeados, el espectáculo que vivimos en la cuarta novillada nocturna fue más entretenido, continuado y breve. Lo cual puede que indique que la contratación de novilleros debe tener ese mínimo de garantías de que conozcan el oficio y no aparezcan en la plaza Madrid sin bagaje y a la desesperada, por si les suena la flauta y la convocatoria les sirve de algo para seguir anunciándose en otros cosos. El tono de las novilladas nocturnas de este ciclo planificado por Plaza 1, ha sido muy bajo, y con pobres resultados en el plano artístico. Ya dejamos notificación de ello en crónica de lo sucedido en la primera y segunda novillada. De lo acontecido en la tercera novillada del jueves pasado, ya que no pudimos asistir a la misma, para que quede constancia de ese tono ordinario que acabamos de apuntar sobre el conjunto de las novilladas, el buen aficionado C. R-V. nos envía el siguiente resumen: «Novillos de muy seria estampa de Couto de Fornilhos. De mansa condición y algo descastados. Hubo varios animales que tuvieron posibilidades, si estos hubiesen sido aprovechados por unos espadas que entre su falta de oficio y sus monótonas maneras aventuran un futuro profundamente desalentador. [Dichos espadas mencionados, que debutaron en Madrid, fueron: Santiago Esplá, Valentín Hoyos y Rubén Núñez]».
Decíamos que en la novillada de ayer ese tono tan débil de las tres primeras citas novilleriles se elevó un poquito, diríamos que se experimentó un pasito hacia adelante en ese caminar para que la plaza de Las Ventas ofrezca espectáculos más serios, y que los jóvenes aficionados que siguen asistiendo a la misma (anoche con un armónico comportamiento), puedan, en algún instante, ver y sorprenderse con lances de la lidia que demuestren que la afición a los toros posee cierto fundamento y no es una quimera que cuentan los abuelos y los libros taurinos, tan propensos a anécdotas y chismes. En definitiva, que los toros es un arte bello y consistente. No es que anoche disfrutáramos de lances taurinos a la altura de lo que pudieron lograr, en su momento, Antonio Ordóñez o César Rincón, pero se pudo degustar, en ciertos pasajes, un acercamiento a la verdadera emoción taurina. Los novilleros de ayer vinieron más preparados (no todos, del todo) por más placeados, esto último, creemos que es un aspecto importante, por eso, de nuevo lo resaltamos. Por otra parte, las faenas fueron más breves, sin tantos muletazos, ni insistencias, ni ese volver a empezar, que puede los novilleros copien de los matadores que encabezan el escalafón, verdaderos artífices de faenas eternas, plúmbeas, machaconas e inútiles. Pensamos que a la tauromaquia actual le falta esos toreros auténticos de referencia que fueron ejemplo de rotundidad, amenidad, compromiso —por anunciarse con toros de todos los encastes— y personalidad. Etc. Para que la novillería esté iluminada por el faro de la verdadera luz. Hemos citados dos ejemplos más arriba. Podríamos sumar a esas menciones a nuestro venerado Antonio Chenel «Antoñete» o a El Cid —ahora perdido tardíamente en su propia reivindicación—, o en ese ayer que siempre añoramos, a Manolo Vázquez, porque dejó en esa vuelta colosal de Antoñete, en aquellos años ochenta del siglo pasado, un toreo de contrapunto, elegante y delicado. La presentación de su nieto ayer noche nos facilita, como remembranza y recuerdo, seguir con el contenido de esta crónica. (Un apunte antes de continuar, para que no quede la cuestión en desigualdad: sabemos de Morante, pero pertenece a otra historia que enlaza con la decadencia del toreo contemporáneo, no por sus cualidades, sino por la elección del toro a torear. Otro tema).
Entrando en la novillada que vimos: Manolo Vázquez, nos recordó todo aquello que se sabe y que hemos visto del toreo que ha aportado su dinastía, principalmente, ayer, suavidad en el trazo de los muletazos, suma sedosidad, en fin, un viaje al pasado, por la referencia a su tío Pepe Luis Vázquez, con su toreo cadencioso, y por el atisbo de toreo de frente al natural que quiso ensayar en la palestra, de su abuelo Manolo Vázquez y que el nieto no consiguió rematar. Una lástima. También pudimos apreciar ese oro viejo del vestido, tan cercano al oro y pobre de su abuelo, al vestir grana y oro. Pero todo quedó en eso, en un viaje al pasado, porque la prudencia aplicada a sus faenas por el novillero Manolo Vázquez fue tan superior que impidió que toreara de cerca, en la jurisdicción del auténtico encuentro entre toro y torero. Una pena. Debemos comentar, también que su primer novillo fue muy flojo, y el segundo que tenía más chispa fue machacado en varas. Esto denota falta de poder y de mando en el posible toreo sutil de Manolo Vázquez. En sus dos faenas se le vio ese buen corte de torero que hemos valorado y demasiado comedimiento. Poco mando y poco arrimo. En su haber que ensayó más el toreo al natural que el consabido toreo diestro. Mató a su primer novillo en la suerte contraria de media atravesada y cinco descabellos. Al cuarto novillo de una estocada en la suerte natural, casi entera, caída.
Fabio Jiménez, destacó por su toreo al natural, que nos recordó al exhibido en la feria de San Isidro por Jarocho. Es una buena noticia que los novilleros recuperen el toreo al natural, tan hartos que estamos del derechazo y sus consecuencias. A su primer novillo, tras un toreo con la derecha de poco fuste, le consiguió trazar muletazos al natural largos, templados, de buena ejecución, de uno en uno, cierto, dentro de tres tandas, sobresaliendo los naturales anteriores al remate obligado. Mató muy mal, en la suerte contraria, de una estocada muy baja y de tres pinchazos, el último soltando. En su segundo novillo, que tenía mayor recorrido, ensayó menos el toreo donde se distinguió, el toreo con la izquierda, donde lució en alguno, bien llevado el novillo en la muleta hasta atrás. Mató en la suerte contraria de una estocada baja.
Mario Navas, resaltó con el capote, sobre todo en medias verónicas muy bien rematadas. En un quite al segundo novillo, con dos medias excelentes. Y en el sexto novillo, con verónicas pie en tierra, y ya estirado, suaves, largas y dos medias superiores. En su primer novillo, un inválido, no pudo casi realizar nada notable, pues el animal se caía, se derrumbaba. Lo mató en la suerte contraria, de media estocada. En el sexto, pudo lucirse en los pases de recibo, bien llevados. En el toreo que siguió, con la derecha, abusó de la colocación de perfil. Cuando cogió la muleta con la izquierda el novillo se rajó. Al finalizar la faena con la derecha, le arrancó algún buen pase, si bien hubo enganchones. Lo mató en tablas en la suerte contraria, de un pinchazo y una estocada de mérito volcándose en el morrillo. Mario Navas, es un novillero que desde que se presentó en Madrid, ha dejado constancia de su calidad. Con el capote y en el toreo al natural. No obstante, no ha podido redondear ninguna actuación. Esperemos que pueda llegar porque tiene buenas condiciones.