viernes, 3 de noviembre de 2023

El interés general


Mario Cabré

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


El equilibrio moral e intelectual de España lo representa una vecina de Ataquines, Reyes Maroto, que es ministra del sanchismo y que explica por qué Bildu sí y Vox no:


Bildu mejora la vida de los españoles y Vox va contra el interés general.


Por simplificar: en la famosa democracia-que-entre-todos, Bildu es el partido de Bolinaga y Vox es el partido de Ortega Lara, pero la declaración de Maroto tampoco ha producido entre los españoles, peces muertos siguiendo la corriente del 78, ningún síndrome de Stendhal, como muchos fingieron en aquel verano del 97 ante el zulo de Mondragón.


Maroto, culé, como buena progresista castellana, no habla por hablar (con “su discursito tan chachi de pijo de ciudad con un frapuccino de moka”, al decir de un tuitero): por su cargo, ella cenó una vez con Richard Gere en Marbella (en el franquismo se sorteaban cenas en Marbella con Mario Cabré, bastante más atractivo que Richard Gere), que la impresionó con su observación de “lo verde que es España”, y al hablar de “interés general”, Maroto no alude al bien común de Aristóteles ni al bien general de Malebranche (¡Malebranche es teólogo y Maroto es laica, por Dios!) ni a la voluntad general de Rousseau, autores que no caben en la biblioteca de Ataquines; alude al discurso inaugural de Pedro Sánchez en el 16, alabado por los flabelíferos de guardia, prosternados ante la audacia petrina de sinonimizar “bien común” y “sentido común”, teniendo en cuenta que al orador tampoco se le conocen libros de lectura, cosa que todavía lo acerca más a la gente.


Al “mejorar la vida de los españoles”, Bildu vendría a definir el bien común (sobre eso descansaba la democracia orgánica) como Locke, que lo hace en términos de la promoción de los intereses civiles, definidos como “vida, libertad, salud e indolencia del cuerpo y posesión de cosas exteriores, como dinero, tierras, casas, muebles…”


El Bien Común es un concepto moral inconfundible con el Bien Público, concepto engañoso politizado como interés público utilitario –explica Dalmacio Negro–. El Bien Común no es de los mejores ni de los peores, de los ricos ni de los pobres, sino el bien de la Pólis, la Ciudad; en Europa, la Nación.


O sea, Bildu, para no contrariar a Reyes Maroto, que está ya para ser incluida en el florilegio “Mujeres españolas” de Salvador de Madariaga, junto con Merche Aizpurua, la Whoopi Goldberg (por progresista y por comediante: ¡Aquella portada de “Egin” de “Ortega vuelve a la cárcel”!) del vasquismo, ya que Madariaga (“tonto en cinco idiomas”, le decían, por liberal –¡éste sí!– nuestros comunistas ilustrados), que veía en la mujer “el más misterioso continente del espíritu”, consideraba que “la vida española tiene un sabor especial fundado en el predominio de la mujer, realzada por su carácter”.


España se arrastra invertebrada, no ya en la política, sino en la convivencia social misma.


La ortegada que queda.



Ataquines

[Viernes, 27 de Octubre]