lunes, 14 de febrero de 2022

El penalty y sus naturalezas


Mateu y sus conferencias

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

        Malo es que la televisión maltrate a los aficionados sexagenarios hasta el punto de retorcernos el entendimiento y nos impida distinguir el penalty a primera vista de toda la vida, pero mucho peor es que ante las normas del Reglamento que no admiten interpretación, las nuevas generaciones del arbitraje no muestren la aplicación pertinente. Las Palmas-Burgos de ayer noche sin ir mas lejos. El colegiado Sagués Oscoz, que hace unos años reconoció haber pitado un penalty que no fue en el Insular a favor del Tenerife nada menos, señaló otro contra el Burgos que sí lo era a falta de diez minutos para acabar el partido. Ganaba mi equipo 0/2 y pesimista que es uno, empecé a temer lo peor. El lanzamiento de Jonathan Viera lo escupió el larguero hacia abajo y el jugador canario remató el rechace que no tocó otro jugador rival o de su equipo. Es decir, golpeó en el saque de una falta directa dos veces seguidas la pelota. El árbitro lo permitió, no pitó infracción de Viera ni hizo caso a la reclamación espontánea del central burgalés Córdoba dejando al ex-futbolista que hace de locutor en el movistar y a servidor con un palmo de narices ante semejante atropello a la liturgia futbolística. Al señor Sagués Oscoz le salvó que anoche el Burgos estaba protegido por la Fortuna y el cabezazo de Viera lo atrapó Alfonso Herrero. Si el canario hubiera marcado, el árbitro del VAR no le habría quedado más remedio que descubrir el error del trencilla y la jugada se glosaría en esos programas que quieren convertir en anecdótico lo que tendría que ser imperdonable.
       

Errores más garrafales que el del señor Sagués Oscoz que a ustedes les parecerá tontería menor y que si lo comparamos con el Código de la circulación supondría no respetar un ceda el paso, con el peligro que tienen los ceda el paso, los cometen nuestros árbitros al amparo de un VAR que poco a poco se ha ido admitiendo como justificación robótica, es decir irresponsable, de los disparates que cada jornada comete un gremio que pide respeto sin respetarse a sí mismo.
       

Al Cádiz, que bastante tiene con la maldición del alcalde de la ciudad que lo ha condenado a no ganar en el estadio que se llamaba Ramón de Carranza, le pitan unos penaltys de risa; no llegan ni a personal del baloncesto, quédense en  chirigoteros como el alcalde de la maldición... pues al Cádiz como digo, puso el jefe Medina Cantalejo la otra mañana a Mateu Lahoz contra el Celta. Mateu se pasó todo el partido llamando a los jugadores con mucho mover de manos y un "ven, ven p'acá que te lo explico". Y el tío blablablá sin venir a cuento. "Mira Javi.." le decía a Javi Galán que ya sabía de sobra que había cometido falta, y le soltaba una turra de padre y muy señor mío. Me malicio que el jefe de los árbitros, que es de Tomares, donde abundan los supersticiosos, tiene claro que el Cádiz no puede salvarse y para espantar acusaciones manda a los más conspicuos intérpretes del Reglamento del fútbol a que justifiquen con diálogo, que es lo políticamente correcto, lo que no tiene explicación posible. Mateu, para no ser menos que los colegas que le han pitado penaltys esperpénticos al Cádiz, se sacó uno de la manga y fue cosa de ver cómo explicó a Jeremías "Conan" Ledesma lo que no había hecho a Santi Mina. Y luego están los penaltys y no penaltys de los grandes, que esos sí que tienen miga de difícil digestión. A servidor al menos le queda el Córdoba en divisiones en las que aún no ha llegado el inquietante artefacto. Les juro que siendo los árbitros de inferior categoría sus equivocaciones son bastante menos llamativas y sobre todo enrevesadas que las de los Mateu Lahoz y compañía.