Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Entre la Eutanasia y “la Coviz”, abordamos la primera gran cuestión del positivismo lógico (formulada en Inglaterra por sir Alfred J. Ayer, seguidor del Tottenham Hotspur, el equipo de Mourinho): “¿Es preferible ser en la senectud un campesino chino que uno francés, mal alimentado por tu nuera y al cuidado de los gansos?”
Sir Alfred ve poca correlación entre la bondad y la felicidad: para él la virtud tiene la recompensa en sí misma porque a menudo no tiene ninguna otra.
–La disparidad obvia entre la virtud y la prosperidad de este mundo preocupó a Kant. Él creyó que debía existir otro mundo donde este balance fuera recompensado y de ese modo encontró una razón para creer en un Dios que llevara a cabo esto.
En España ese “Dios kantiano” es para Pablemos el comunismo chavista, y para Casado, el centrismo jacobino. (El Psoe sólo es sociología: la del franquismo posmoderno). En el centrismo jacobino estuvo Rivera, pero se perdió cuando dijo en TV “Yo no he leído a Kant un libro concreto”, error de nadador que no sabe guardar la ropa.
–Ojo, que yo he leído a Kant –se le oyó decir al kantiano Ramoncín en una entrevista.
Pero lo que hay que leer de Kant es la “Ética de la razón pura” (sic), que es el libro que en el mismo programa de Rivera afirmó haber leído Pablemos, y que por lo visto con el pasteleo de la Justicia, también debe de haber leído Casado, el hombre con pala que nunca se ha preguntado por qué el mundo occidental (¡el europeísmo!) infringe día a día los principios que sin cesar proclama. No es ningún reproche. El cinismo es la soberbia del perdedor, y en una sociedad tan cínica como la nuestra, donde, “antes de que ningún tirano viniera a quitarnos nada, ya habíamos renunciado a todo”, su actitud ha permitido a Casado llegar a jefe de facción.
–En nuestro interior, como reza la cita de San Agustín, habita la verdad. Pero ¿y la mentira? ¿Ha de ser ésta siempre engaño exógeno, venido de fuera a dentro? –pregunta el estudioso del animal ladino.
[Viernes, 26 de Febrero]