Pelé y Cruyff en el Carranza
Francisco Javier Gómez Izquierdo
De Pelé nada que no se sepa puede servidor contar, pero aquí, bajo una encina centenaria de los montes de Toledo se me repite la mala digestión que nos quiere hacer pasar el alcalde de Cádiz, a cuenta de profanar uno de los lugares más sagrados al que acudían los dioses del fútbol con el respeto y la devoción que el Ramón de Carranza merece.
Pelé y Cruyff coincidieron en el Carranza el uno de septiembre de 1974 y tal conjunción astral debe ser respetada hasta por el más irreverente de los carnavaleros.
Dioses, dioses del fútbol, cinco: Di Stefano, Pelé, Cruyff, Maradona y este Messi que se las ve con defensas afeitadas. Y santuarios, pocos también: Maracaná, Wembley, el Bernabéu, San Siro... y el Ramón de Carranza. Los dioses sabemos que son inmortales pero a los templos no les faltarán nunca Erostratos, muchos de ellos disfrazados de impiedad gozosa.
Pelé, como Cruyff, Di Stefano o Maradona, no ha muerto, porque los dioses no mueren. Sin avisar, visitan los lugares donde les tienen devoción.
Sépalo usted, don Kichi. Haga por corregir mamarrachada tan afrentosa.