Frutas cubanas: el caimito
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Parece un título de Pons, que cultiva la mejor tradición sicalíptica española, pero es el último gran hallazgo de la Ciencia, ocurrido en Australia, donde los sabios han localizado un clítoris en la cola de una serpiente, lo que da alas a la teoría de la seducción divulgada en el Génesis y resumida por Alfonso Reyes para los “batzokis” de Aitor Esteban:
–Una mañana, andando por Sagardúa-Kale, Adán y Eva se encontraron con la Serpiente. La Serpiente se descolgó de un hermoso manzano: era el manzano prohibido, del uso personal de Jangoicoa-Dios. La Serpiente conferenció con Eva. Eva convenció a Adán. Los manzanos sonreían desde los collados. Y éste es el origen de la sidra.
Ahora que la cultura “woke” nos arrebata la certeza del argumento que todos traíamos entre las piernas, vuelve la serpiente a tentarnos con su clítoris oferente, más todos los complejos freudianos que incluye la oferta, lo que nos llevaría fatalmente al populismo, que es, en tertulianés, la proposición de soluciones simples para problemas complejos.
Para Freud (¡y para Proust!), la anatomía era el destino como para Cebrián el destino fue la Academia: le bastó con escribir “clítorix” con equis en “La rusa” y mover sus peones. Sobre la trama (“freudulenta”) que quiere que el ajedrez tenga una motivación edípica (advenedizo mata al rey), cuenta Cabrera Infante que Capablanca, el campeón cubano, que aprendió solo a jugar ajedrez sólo para vencer a su padre, no comprendía al que no sabe manipular el peón, “esa pieza que se parece extrañamente a un clítoris que se mueve inexorablemente hacia la reina opuesta”.
–Su belleza me tentó tantas veces que al fin recibí el castigo de nuestra madre Eva: una serpiente me rozó y caí al pie del árbol –escribe al príncipe Federico de Prusia la condesa de Merlín (“Condesa con caimito”, titula otro genio cubano, González Esteva), resumiendo su experiencia con un caimito en cuya pulpa morada Nicolás Guillén vio el sexo de las negras.
Pero un país de servicios como el nuestro debe saber que la Serpiente fue el primer camarero, según escribió un argentino que blogueaba como “el mejor camarero del mundo” (¡no todo va a ser tirar penaltis!). No camina: se desliza. Te mira a los ojos. Es invisible. “Podría haber sido el primer frutero, pero no. La elegancia de la Serpiente para seducir a la mujer es característica del camarero. En la mesa de cualquier restaurante el mozo profesional seduce a la mujer y la mujer convence a su esposo y terminan ordenando lo que el mozo sugirió. La Serpiente le dio al hombre plena autonomía. La Serpiente, y no Dios, creó al hombre”.
En la España actual, ante la serpiente conviene más guardarse de la cabeza que del clítoris. La serpiente, avisa Bentham, puede hacer pasar todo su cuerpo por la apertura por donde pasará su cabeza:
–Con respecto a la tiranía legal, es de esa cabeza de la que debemos guardarnos.
[Martes, 20 de Diciembre]