Está por dar guerra
Francisco Javier Gómez Izquierdo
"Lo mejor del Mundial, los resultados" decía ésta mañana en lo de Antonio uno de los camareros que sólo ha visto "...a la España y a cachitos". La fiesta mayor del fútbol es el Mundial cuatrienal, un espectáculo que tenía sus plazos, sus revistas especiales, sus liturgias... pero en éste de Catar, emperejilado por sociedades con individuos que no se hartan de ganar dinero, hasta muchos de los grandes aficionados no han tenido mas remedio que espantarse, unos porque no les llega la paga para ver los que tienen 90 minutos (mejor pongamos cien) emocionantes, Camerún-Serbia o Ghana-Corea; otros, porque no tienen el cuerpo hecho a la estación y los irreductibles por peligro de hartazgo tras un Uruguay-Corea o un México-Polonia que en principio no pintaban mal.
De todos modos, uno cree que el Mundial de verdad -dicen que van a ampliar las selecciones porque les parecen pocas 32- empieza hoy, en el tercer partido de clasificación donde nos esperan duelos que nos pegarán al televisor -ya está uno en casa para ver el fútbol como Dios manda- y los viviremos como si fueran auténticas finales. En realidad lo son porque un partido no lo gana siempre el mejor y así, si Costa Rica puede con Alemania y la Arabia Saudita con México, los alemanes quedarían fuera y los argentinos lo más probable es que también... pero todos sabemos que tal cosa es imposible que suceda y Alemania se plantará en octavos y Messi también, porque... ¿qué iba a ser de este Mundial sin Messi? Que conste que pongo lo anterior para quedar mal ante quién lea y puedan decir: " mira cómo se ha columpiado el listo éste?" ¿Acaso no les gustaría a ustedes una final Ghana-Senegal aunque sólo sea por molestar a los Infantinos que presumen de padecer persecución por nacer con la cabellera del color de la de Judas?
Hombre, a servidor le gustaría ver la tarde del día de la Virgen de la O a los nuestros contra Francia ó Brasil -veo mejor plantada a Francia-, porque entre otras cosas creo que es la terna más solvente y que mejores partidos nos ha dejado. Bueno el Francia-Dinamarca con Tchouameni, Mbbappé y sobre todo Griezzman (¡qué bien juega Griezzman con su selección!) dando sensación de invencibles; el Brasil-Serbia quedó muy pinturero por el gol de Richarlisson, un gol que le va a hacer titular en detrimento de mejores peloteros -conforme a mi particular parecer- tal que Rodrygo o Gabriel Jesús; el España-Alemania tampoco fue manco a pesar de retratarnos demasiado en las faltas de los costados. España juega bien, parece fresca, pero tiene momentos que te pone frenético. Unai Simón pisando el balón, por ejemplo. Nuestros dos laterales tienen nota suficiente en ataque pero quizás pecan de bajitos a la hora de defender y ahora ya saben que se estudia todo y te salen ingenieros informáticos que hacen ensayar a los Rudiger o Benatia el punto exacto donde saltar en un córner tras los bloqueos correspondientes. Al parecer con Brasil nos tendríamos que enfrentar antes de una supuesta final, pero no es momento de elucubrar sino de disfrutar de cada partido y ver los Croacia-Bélgica, Uruguay-Ghana o el mismo Irán-EEUU de esta tarde como lo que son: choques a vida o muerte. Por cierto, miedo da de lo que puede ser capaz Mateu Lahoz en éste último, pero no... Mateu ante la FIFA se porta como todos. Con la obediencia debida.