La cosecha / Natalia Goncharova
La sensacional música de Stravinsky se estrenó en espacios decorados con el enérgico grafismo de Mijail Larionov y la paleta armoniosa de su esposa Natalia Goncharova. Pero mi valoración positiva de esa manera de ilustrar escenarios musicales y rítmicos con superficies rayadas por fogonazos cruzados de colores complementarios no me impide despreciar las ideas metafísicas sobre el arte que nos propusieron en su Manifiesto de 1913 y la estética autónoma de sus cuadros puramente «rayonistas».
Antes de que su marido lo convirtiera en sistema, Natalia Goncharova pintó rayos de luz solar dorada y de fuerza humana negra en un cuadro simbólico del anarquismo revolucionario que precedió a la creación del partido comunista ruso en la escisión socialista de 1914. Titulado «La cosecha» y conservado en el Museo de Bellas Artes de Omsk, este cuadro de 1911 dibuja, con técnica de cartel, la figura plana de un muchacho de cara redonda anaranjada y uniforme rojo, en ademán de coger una gran hoz blanca de filo aserrado, que mira con su solo ojo rojo las espigas de trigo que ha de segar individualmente con la energía que le trasmiten los rayos negros de la masa obrera, lejana como luna en cuarto creciente rojo y cercana como claustro materno rojo a donde tiende.
Antonio García-Trevijano