José Luis, Benito, M. Angel, Camacho, Breitner, Pirri
AGUILAR, Vitoria, Santillana, Macanás y Netzer.
Internacional con Kubala
Internacional con Kubala
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Es posible que mi recelo a las novedades que la televisión va incorporando al fútbol tenga su origen en que lo empecé a aprender, admirar y ver por la radio. A finales de los 60 pasábamos las tardes del domingo sentados en la cocina ante una libreta en la que apuntábamos resultados y goleadores conforme los cantaban locutores entusiasmados con Pereda, Marcelino, Arieta... pero sobre todo con Gento, “la galerna del Cantábrico”, del que todavía recuerdo sus velocidades y sobre todo sus repentinas frenadas por la exacta descripción de relatores sin la chuleta actual del monitor televisivo. Gento, la máxima representación del fútbol español, se hacía mayor y por esos caprichos que suele tener la historia, don Santiago Bernabéu volvió a Cantabria en busca de otro delantero si no de la misma estirpe, al menos con los mismos aires y alimentado por la misma leche que el mítico once. Se antojaba misión imposible, pero se llevó dos santanderinos a Madrid, Aguilar y Santillana, con la esperanza de formar entre ambos otro Gento. En el lote del Rácing entró también Corral, que era portero, pero éste fichó por si se lesionaban Gª Remón o Miguel Ángel.
Aguilar y Santillana formaban un tándem excepcional en el Rácing y en aquel Madrid de Miguel Muñoz (71/72) sin extranjeros entraron con muy buen pie, el centrador Aguilar, y mejor cabeza, la de Santillana rematando goles que darían la liga. Santillana se hizo insustituible desde el primer día, como Gento, y aunque Aguilar jugó mucho durante todos los años que estuvo en el Madrid (8), no volvió a ser el titular indiscutible que fue en la 71/72. Vinieron los extranjeros y como era casi obligatorio que jugaran, “el Pinino Mas” se puso delante del siempre serio Aguilar que ya arrastraba el respeto debido a Amancio. Después tuvo que convivir y hacer mas méritos que Sánchez Barrios o Guerini, con la moda del oriundo Roberto Martínez, “el Pipi Calzaslargas” que aún no tengo claro si era español o argentino, y con el glamour de Jensen, un danés al que nadie criticaba.
Con la llegada de Juanito, Aguilar buscó en Gijón los minutos que no tenía en Madrid. Aquel Spòrting era un equipazo en el que salían de titulares arriba Quini, Mesa, Ferrero y Abel. Aguilar desde el banquillo fue el 12º jugador de posiblemente la mejor plantilla de la historia sportinguista, cumpliendo con la seriedad que le caracterizaba hasta en las fotos. “¡Qué serio sale siempre Aguilar! No como Santillana que siempre parece contento”. Ahora que Aguilar se nos ha ido, lo primero que me viene a la cabeza es Santillana, su pareja indiscutible, su rostro siempre como triste y un pasar formal y sin molestar que creo más elegante que tímido.
Fué ese jugador de club que todos los entrenadores consideran imprescindible. Descanse en paz, Francisco “Ico” Aguilar.