viernes, 8 de mayo de 2020

C's

Ramiro Ledesma


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Nos lo vendieron como la nube de Chanel nº 5 que Marilyn se ponía para acostarse, el Chanel de la democracia española, y nos lo vendía un tal Rivera, nadador ni de derechas ni de izquierdas que había ganado un concurso de parlomanía, propia del carácter individual en los pueblos mediterráneos.

    Quien dice no ser de derechas ni de izquierdas, es de derechas, pero vergonzante: la vergüenza que entonces, en los 30, cuando lo dejó dicho el filósofo Alain (¡clavado a Philippe Noiret!) podía producir declararse “contra el reparto”, en terminología de la época.
    
El centro no es idea política, sino estrategia de gobierno. Rivera presentó su centrismo en el Teatro de la Comedia (¡donde Ortega!, ¡donde José Antonio!), y lo resumió en unos ripios de Sabina: “Que ser valiente no salga tan caro / Que ser cobarde no valga la pena”.
   
 C’s, pues, vendría a ser, ideológicamente, una mezcla de la lírica de Sabina, el Estado (¡mucho Estado!) de Ramiro Ledesma y la homeopatía de Samuel Hahnemann.
    
En C’s estamos a favor de la homeopatía –declaró en campaña electoral Toni Roldán, el Kennedy del partido, entonces–. De hecho, hago acupuntura.
    
También iban a hacer un Arlington en el Valle de los Caídos. Y a promover que en la política española sólo estuvieran “los nacidos en democracia” (?), en la línea organicista de Friedrich Rohmer. Y a prohibir a los ciudadanos dormir con más de una persona en una habitación, en la línea cojonudista de Kim Jong-un que luego les permitiría apoyar con entusiasmo norcoreano la legislación de género y la memoria histórica.
    
Sus intelectuales orgánicos (los tanques de pensamiento de la partidocracia) también confundieron lo suyo: un día pedían en TV el aborto de los nascituros discapacitados para no cargar al Estado (¡el Estado liberal!) con sus gastos, y al otro, exigían un ministerio de la verdad.
    
–¿Qué es esto de que el Estado tenga que cuidarse de los servicios básicos, pero no de la verdad? La verdad es un servicio básico.
    
Centrismo español.