martes, 5 de mayo de 2020

Clientelas

 
 
Hughes
Abc

Pasó Antonio Resines por La sexta Noche para pedirle al Estado dinero para la Cultura. Razón tiene Resines en pedirlo, pues la Cultura lo merece tanto como las televisiones, a las que el gobierno ayudó en esta crisis mientras ellas sostenían su propaganda.

No fueron las únicas con las que mostró sensibilidad. El gobierno vivió de espaldas al coronavirus hasta el 8-M, después de la manifestación. El 9 reaccionó. Al día siguiente, el día 10, presentó una norma urgente con medidas económicas que incluía una relativa a la SAREB, el “banco malo”, participado por el FROB y algunos bancos. El gobierno modificaba una norma para evitar su disolución. La SAREB, que llevaba meses ofreciendo sus activos inmobiliarios al gobierno, lo solicitó el día 9 y el gobierno tardó 24 horas en incluirlo en un Decreto-Ley. Esto pasó desapercibido. Era el mismo gobierno de sensibilidad social que había tardado semanas en reaccionar a la epidemia.
 
Semanas después, ya en abril, llegó la “Orden Ábalos”, TMA/336/2020, de 9 de abril, que establecía ayudas para “soluciones habitacionales”. Se ampliaban a víctimas de violencia de género o a personas “vulnerables”, pero había, junto a ellas, otros beneficiarios no reconocidos: los dueños de viviendas que recibirán las rentas del Estado. La Sareb ponía las suyas “a disposición” de municipios y CC.AA.

En un blog, “El único paraíso es el fiscal”, Jorge Sánchez de Castro ha dado una lectura crítica y minuciosa de esta norma a la luz de las necesidades de la Sareb y de sus relaciones con el gobierno. La conclusión: sería un traje a medida que resolvería sus problemas, distorsionando el mercado del alquiler.

Tampoco sería nuevo. Más capitalismo de Estado, de amiguetes. Los partidos, dominadores del Estado, lo dirigen como posibilidad de negocio para las élites financieras mientras alimentan su propia clientela con subsidios, mensajes socializantes y políticas de identidad. A la vez, activismo social y sumisión al poder económico, mientras el currante y la clase media son esquilmados fiscalmente. Socialismo Ibex. En asuntos como el feminismo esta alianza parece innegable.
 
Por eso La Cultura, que pone el envoltorio a todo esto, tiene razón en pedir lo suyo.

Un Goya para Resines