martes, 4 de febrero de 2020

Armamento


Escupiendo al hurón
La caza, 1965


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    La buena nueva, el domingo, de la marmota Phil en Punxsutawney, que nos anunció el adelanto de esta primavera, me trajo el recuerdo del hurón de “La caza” de Saura. A la prensa neoyorquina, de la película sólo quería saber por qué un cazador escupe al hurón en el hocico. Saura no entendía el inglés, y el escultor Martín Chirino, que vivía en Nueva York y lo acompañaba como amigo, improvisó por él:
    
Es una metáfora de los españoles escupiendo a Franco –dijo, y “culturalmente” todo cobró sentido progre.
    
Ahora que estamos a nada de que algún pez gordo del gobierno nos salga, citando a Azaña (“las teorías, sin masas, no tienen valor”), con la monserga de “armar al pueblo” a lo Giral, el diario gubernamental finge pedir el frasco de las sales porque Ortega Smith “disparó un arma de guerra en la base de la Brigada Paracaidista de Murcia”.

    –Exigimos a Vox que se disuelva y entregue las armas –tuiteó el diputado de Bildu en Madrid, que va sobrado de humor negro.
    
Resulta ominoso que nos defiendan, dice Santayana, porque eso indica que no tardarán en poseernos, que es la idea que late en la Segunda Enmienda americana, conquista democrática que estamos bien lejos de obtener en España, a pesar del fusil de asalto de Ortega Smith… ¡y de la “paralela de dos cañones” de Cebrián!, cuyas memorias celebró el diario gubernamental sin frasco de sales.
    
Un domingo de febrero acudí con mi Sarasqueta a una cacería organizada por Isidoro Álvarez. Yo no era cazador, pero El Corte Inglés era anunciante.
    
A lo mejor Ortega Smith no es francotirador, pero a lo mejor los “paracas” son votantes.
    
Aquel domingo, Cebrián abatió “una docena de perdices”, y de noche, cuando “me embutí en mi cama”, recibió una llamada que le avisaba de que su vida corría peligro. Fue la mítica noche en que tomó “la preciosa escopeta” y una canana repleta de cartuchos y se sentó en la cocina, entre visillos, en vigilia democrática, ante la ventana que daba a la iglesia de Jesús de Medinaceli.
   
 Laus Deo.