miércoles, 5 de febrero de 2020

Entrenadores: Bordalás y Pacheta

 Bordalás en el Elche de ayer

  Pacheta en el Elche de hoy

Francisco Javier Gómez Izquierdo

       Los gurús que crean moda en el fútbol andan estos días sacando con un sentimiento, no se sabe si de culpa o de ver la luz, insólitos panegíricos ponderando entrenadores a los que no hace nada despreciaban. Veo por fin un reconocimiento  expreso al sensacional trabajo de José Bordalás, del que se han dado cuenta que tira de futbolistas ninguneados en otros clubes y a los que saca un rendimiento insospechado a base de trabajo, trabajo y trabajo. De Bordalás, cuando andaba en el Elche, Alcoyano, Alcorcón.. poníamos en Salmonetes... muchas referencias a su fe en determinados jugadores a los que reclamaba allá donde lo contrataban. Hay muchas historias en 2ª y 2ªB entre técnicos y representantes, pero Bordalás se movía por criterios propios aparte de procurar cuanto más peculio mejor, claro está. Nos llamaba la atención su empecinamiento a la postre provechoso con  Sergio Mora, por ejemplo, al que dió la manija del Hércules, Alcoyano, Alcorcón...;  la ciega confianza en Jorge Molina, al que sufrió en el fútbol de trinchera del reino de Valencia, o el canario Ángel, que ya le marcaba goles hace diez años en su Elche. Recuerdo que por aquel tiempo le augurábamos prosperidad a pesar de no cuadrarnos su puesta en escena, elegantísimo en el vestir (más peripuesto que Míchel salía en la banda), pero con jugadores como Edu Albacar o Linares preparados para descentrar rivales. Luego vino a Córdoba Acciari, uno de sus jugadores favoritos, con sus gritos ajabalinados para llevar a los escépticos al terreno del carácter y la disposición que se necesitan para competir como es debido y comprendimos que en 2ª picas o te acribillan. Buen entrenador es aquél, decía Van Gaal, que hace mejores a sus futbolistas. En el caso de Bordalás la duda ofende, pero en el fútbol es muy importante saber venderse y en estos menesteres el entrenador del Getafe anda un poco torpe a mi parecer. ¿Cómo entender el despido tras subir a Primera al Alavés hace tres años?

     En 2ª, anda en optimistas coplas estos días Fernando Vázquez, motivador y currante como Bordalás, que va a salvar a un Deportivo que conforme a plantilla tendría que estar al lado del Cádiz y no necesitar un tercer entrenador para coser lo que nunca debió rasgarse, pero a mí quien de verdad me tiene entusiasmado es José Rojo Martín, “Pacheta”, paisano y señor recto y cabal como los pinos de nuestra Sierra de la Demanda que sin dineros ascendió al Elche, sin casi plantilla lo mantuvo el año pasado y en éste lo tiene valentón en la zona alta con uno de los más bajos presupuestos de la categoría. Encima en enero le han vendido al delantero centro Qasmi y al mejor medio, Gonzalo Villar. Para quitar deuda, creo. Pacheta, al que quisieron y admiraron como jugador en Soria, Barcelona y Marbella -era uno de los hombres del gran Sergio Kresic-, también ha padecido la incomprensión por no saber venderse, de directivos impacientes. Tal que en Cartagena, donde tras ganar 2/0 al Cacereño y quedar 2º clasificado para el play-off de ascenso fue despedido por fútbol "poco atractivo". Llegará, pero quizás necesite aparcar el chándal y aprender a hacer esos nudos de corbata que tan poco usamos en la Sierra, pero sobre todo precisa poetas en el As y el Marca. Como los necesita Nafti, de quien hablamos el otro día con ocasión de la Copa. Lo han despedido con el Badajoz 4º, por no clasificarse para cuartos de Copa supongo, como hizo Rafael Gómez Sandokán en el Córdoba con Pepe Murcia, por unas cuentas que le salían jugar la Uefa, después de apear al Mallorca de Eto’o y Kresic, precisamente. Nos eliminó uno de los  nuestros en 2ªB: el Figueras en cuartos. Sandokán montó en cólera y... así son las cosas en 2ª y 2ªB de las que Pepe Bordalás sabe “una jartá”.