Hughes
Abc
Como ya es sabido, Bildu presidirá una comisión de Derechos Humanos en Guipúzcoa. Menos sabido es que esto contó con el voto a favor del PP, para más inri en el aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco.
En el ABC de hoy nos lo recuerda Ignacio Camacho, que denuncia lo sucedido: “Con el voto a favor, por cierto, de un juntero del PP que inexplicablemente aún sigue en el cargo, porque si tuvo un despiste es un inútil y si lo hizo adrede, un villano. Pero ése es sólo un aspecto colateral de un caso que demuestra la vileza que suele gastar el nacionalismo vasco…”.
No puedo evitar añadir que el nacionalismo vasco no es vil, el nacionalismo vasco es nacionalismo vasco, pero sobre todo encuentro demasiado homeopático que se centre el sujeto en el juntero. Esto es una responsabilidad del partido, no del que votó, por erróneo que fuera su voto. Aquí votan los partidos. Incluso si la causa fueran trazas de “amateurismo”, se habrían encontrado en la organización. La respuesta ofrecida después es poco contundente y no puede satisfacer a sus simpatizantes, los primeros perjudicados por el extraño error del señor Cano. Yo no pido ni deseo que destituyan a nadie (quién soy yo) pero deberían pedir disculpas a la japonesa y haberlo hecho de manera inmediata. Salir todos a la pantalla dando cabezazos japoneses de contrición durante varias horas porque de lo contrario algún malpensado relacionará la falta de atención de Cano con su relajada homologación institucional de Bildu con Vox. Todo empieza en un desliz, en cierto error grosero que se deja pasar. Primero fue el error de concepto y ahora el error de hecho. Y sobre ambos se pasa como sobre un lapsus, un eructillo involuntario, un manchurrón. ¿Qué se fizo del “voto útil”?
Incluso si aceptamos el lamentable error humano, éste es un voto bastante inútil. Durante meses, el centroderecha (todo junto) ha ido conformando alredededor de Vox un tótum revolútum al que añadían de manera confusa programa del partido, declaraciones de sus líderes, opiniones personales, deslices tuiteros, actividades pasadas y excentricidades y carcundias de miembros marginales. Todo era bueno para el caldo. Un concejal de Villacascajo dice cualquier barbaridad y es titular informativo. El “centroderecha” no ha sido en esto precisamente escrupuloso: todas las xenofobias, racismos, homofobias, transfobias, lgtbifobias son del partido. Unos han salvado a sus votantes (“Son más fanáticos los líderes”) y otros (más sabe el liberalio por viejo que por liberalio) han salvado a Abascal, culpando de todo a la pareja Espinosa-Monasterio. Y no sé cómo funcionan aquí las propiedades de la teoría de conjuntos, porque si uno de Vox dice algo entonces Vox dice algo, pero si uno del PP vota con Bildu… ¿vota el PP o vota el juntero?
Haciendo mía la inmortal melodía de los Jacksons Five, el Blame it on the Boogie, recomiendo en homenaje a la sacrosanta Igualdad este estribillo adaptado a la situación:
No culpes al juntero
No culpes al de Bildu
No culpes a un embrollo
Es culpa del partido
(Aclaración, que nunca está de más en internet: por culpa se entiende responsabilidad,y por partido me refiero a la organización, no a sus miembros, cuadros y simpatizantes, que ya se sabe que no quieren esto. A ellos les correspondería exigir responsabilidades, pues con sus votos se ha hecho justo lo contrario de lo que desean.)