Francisco Javier Gómez Izquierdo
Anda Córdoba en un sinvivir porque la prensa asegura que el asesino y violador de las niñas de Alcásser se va a domiciliar en el piso de un cura que se lleva bien con el capellán de Herrera de la Mancha. El periodismo y el subdelegado del Gobierno han acudido como alma que lleva el diablo a preguntar a la casa de los trinitarios, encargados con papeles de redimir al cautivo. El padre Alaminos ha dicho que no, pero los tribuletes dicen tener información que coloca a Ricart en el piso de un franciscano amigo del capellán trinitario de Herrera.... y que si patatín y que si patatán.... Vamos, que la ciudad tiene digerido que llega el lobo feroz.
Ya saben ustedes que tengo mucho trato con la familia trinitaria por estudiar mi tierno infante en su colegio y por otros causas que no vienen al cuento, pero me consta que hace unos años la orden redentora -no olvidemos que rescató a Cervantes del moro- acogió efectivamente al “Lobo Feroz” en la casa de Antequera sin que se armara la marimorena que la dejadez política ha consentido en estos días.
“El Lobo Feroz”, como Ricart, cumplió condena en Herrera de la Mancha, y como se sacó el BUP, fregaba, barría y realizaba obedientemente las tareas encomendadas en prisión, redimió penas y en vez de volver a la Plaza de la Cebada en Madrid, los trinitarios lo tuvieron seis meses en Antequera hasta que encontró trabajo de guarda en una finca de Málaga. El Lobo Feroz fue un mesón que montó un comisario al que las lumis llamaban el lobo en vez de Morales y el hombre fur alquilando a varios arrendatarios el local, siendo uno de los últimos Santiago Sanjosé, legionario con muy mal beber que se desayunaba con coñá y se acostaba con ron. A Santiago le gustaba matar a las putas con cuchillo jamonero. Mató a dos, una blanca y otra negra, y las emparedó en el sótano del mesón. A la tercera que intentó matar se le fue muy malherida por estar el cabrito muy borracho y la policía resolvió el asunto como una bronca entre pringaos. Santiago abandonó el mesón y el comisario Morales tardó cuatro años en volver a dar en arriendo el local. El nuevo arrendatario comenzó unas obras y encontró a las asesinadas tras un tabique. Santiago Sanjosé fue detenido. Confesó y fue condenado. En el Código Penal y en el Reglamento Penitenciario pone lo que pone. Los trinitarios, por ideario, no pueden cerrar la puerta al convicto. El Lobo Feroz salió en libertad y hoy cuida el campo.
El auténtico “ Lobo Feroz” es tan peligroso o más que este Ricart y estarán ustedes de acuerdo en que en algún sitio tendrán que vivir los Santiago Sanjosé y los Miguel Ricart, una raza de psicópatas que no llegará a la treintena en toda España. ¿No son abrazados y glorificados tras su puesta en libertad presos que mataron niños, mujeres, autoridades y demás gente honrada? ¿Por qué no puede la Caridad atender a quien lo necesita? Lo justo hubiera sido que estos monstruos murieran a manos de la familia en el momento de cometer sus barbaridades, pero... la humanidad se civiliza y no admite estas justicias.
Entonces, sujetémonos al Estado de Derecho.
Si los políticos en el Congreso no temieran el que dirán y decidieran redactar unos artículos en el Código donde se dijera que los asesinos y violadores múltiples portarán un dispositivo electrónico -yo abogaría por que fuera subcutáneo como los chips de los pointer- a su puesta en libertad, estoy seguro de que los padres de las niñas cordobesas, malagueñas, burgalesas... -allí donde se alojen estas fieras depredadoras- se intranquilizarían bastante menos, por mucho que le viera en la tele.