martes, 3 de diciembre de 2013

Pepe Mel, un bético humillado




Francisco Javier Gómez Izquierdo

       Los que mandan en el Betis se han puesto nerviosos y han despedido a Pepe Mel, sin pararse a considerar que la debilidad del equipo viene de una muy  torpe gestión además de los escasos conocimientos futbolísticos de los que deciden comprar y vender jugadores junto a La Palmera. Los aficionados de casi todos los equipos suelen cantar a coro el despido de su entrenador muy enfadados y sin ninguna caridad, pero los del Betis están muy agradecidos a su míster y serían capaces de soportar hasta el descenso de su equipo siempre que fuera bajo la dirección técnica de “su” Pepe. 
    
Los que mandan en el Betis -no se sabe con qué argumentos- eligieron un yugoslavo que presume de conocer “¿el mercado?” para que comprara  jugadores dando a Pepe Mel unos disgustos de padre y muy Señor Mío cuando le llegaban al vestuario meritorios como Agra, “el nuevo Futre”, Amaya, Perquis, Ángel, ese racimo de porteros asustadizos, un tal Tosic, CampbellUstáriz, etc. A Vlada Stosic, que fue pelotero antes que mánager, no le gustaba el continuo cabreo de Mel ante sus decisiones, y como parece que se la tenía jurada ya hace tiempo, ha aprovechado un  gol en fuera de juego para despedir del Betis al más bético de los empleados.

     Pepe Mel cogió al Betis en Segunda División y le hizo jugar mejor que la mayoría de quipos de Primera. El beticismo, esa devoción inasequible al desaliento, disfrutó a Beñat y Cañas -dos chicos desconocidos a los que su entrenador hizo futbolistas de élite- durante un año inolvidable en el que plantaron cara en la Copa al mejor Barça de la Historia. Ascendió el equipo y ese mismo año se clasificó para jugar la Europalí.  Entonces Stosic y los que mandan en el Betis hicieron caja con las joyas moldeadas por el entrenador: Beñat, Cañas, Pozuelo, Adrián...  Encojó Rubén Suárez, el más necesario de Pepe, y volvieron porteros extraños, defensas en rebajas y medios no pedidos... ´
     
Y degenerando llegamos al despido de Mel en vísperas de San Francisco Javier, patrón de Navarra, tierra en la que empezó nuestro entrenador a ser profesional en el oficio de delantero centro y donde por casualidad coincidimos  en un diluvio en un soportal del barrio de San Juan. Venía de meter muchos goles en 2ª B, pero en Osasuna se encontró al ahora locutor Robinson y  como Pedro Mari Zabalza tenía muchas esperanzas en el Cuco Ziganda que por entonces empezaba a golear, creo que Mel no jugó ni para dar testimonio. Mel era un desconocido en Pamplona y el día del temporal estuvimos hablando un rato del Madrid y de  Cholo, un delantero centro que era vecino en Gamonal y no recuerdo si llegó a coincidir con él en el Madrid; tampoco recuerdo si fue el mismo día que vino el Liverpool al homenaje de Sammy Lee, aunque creo que sí, pero no olvido que me pareció muy buen tipo y que hablamos de quedar una tarde.

     Stosic y los que mandan en el Betis no saben lo que han hecho despidiendo a Pepe Mel. No lo saben porque  no conocen a la gran familia verdiblanca. Creen que los béticos no se han dado cuenta de que tienen peor equipo que hace dos años en Segunda. Ignoran que el Villamarín sólo fiaba la salvación a los milagros de Mel. Stosic cree en sus criaturas: Sabella, Paulao, Chica, Figueras, Xavi Torres... Andersen y Steinhofer.

¡No le queda que pasar al nuevo que venga!