sábado, 16 de febrero de 2013

Si Putin no puede, preparad el búnker

Meteoro
(Colección Look de Té)

Jorge Bustos

El asunto meteórico es más serio, porque ya liquidó a los dinosaurios una vez y no hay razón para pensar que no sea capaz de repetirlo con bípedos implumes.

Con buen sentido se puede defender que la clase política no tiene la culpa de la lluvia de meteoritos en los Urales, pero nosotros no lo tenemos tan claro porque estamos hablando de la clase política rusa y de Vladímir Putin, de cuyo torso se extraía el mineral con que se confeccionaban los recambios de la Estación Espacial MIR. A Putin lo hemos visto cabalgando semidesnudo al relente digamos picantillo que corre por la frontera con Mongolia, así como embutirse en neopreno para rescatar buceando dos ánforas griegas del siglo VI antes de Cristo, proeza no del todo desinteresada con la que el líder eslavo perseguía “promocionar el turismo y la educación patriótica”. Frente a ese alarde España sólo puede oponer el chapuzón atómico de Fraga en Palomares, porque no vemos a Rajoy sacando siquiera percebes de las rocas de Sanxenxo, pero es que Galicia no es Rusia, o sí, pues ya sentenció Churchill –que nunca hablaba, sencillamente sentenciaba– que Rusia era “un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”, y no me negarán ustedes que algo muy parecido se puede decir de una comparecencia de Rajoy.

Lo que queríamos decir es que si Putin es capaz de zambullirse en el mar Negro para pillar un par de ánforas griegas no vemos qué obstáculo puede representar para él tripular el nuevo caza ruso T-50 de quinta generación para abatir meteoritos claramente antipatriotas antes de que sus pedazos impacten contra la madre tierra, causando el medio millar de heridos que se registró en la madrugada del viernes.

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