Carrillo
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Mientras España sigue con su rumba alrededor de un jamón, los Servicios a la Ciudadanía de Comisiones reparten entre los recalcitrantes cartas de renuncia a cualquier derecho ganado con “piquetes sindicales y cualquier tipo de violencia”, como las ocho horas, las vacaciones, el descanso semanal, las pagas extraordinarias o las bajas por enfermedad, cosas, amigos Susaetas, que ya ofrecía el franquismo porque, al parecer, Carrillo estaba constituido en piquete informativo a las puertas de El Pardo.
–Estoy y estaré siempre contra la idea de perseguir a quien se ha comprometido con el franquismo, pero no estoy dispuesto a dejar con vida a Franco –le decía Carrillo a la Fallaci, y con eso el franquismo se asustaba tanto que dejaba que un sindicalista, para cobrar su día de huelga, pidiera ese día de vacaciones.
Llamazares, como si no supiera distinguir un día de huelga de otro de vacaciones, lo que hace en días así es huelga y un donativo a la Fundación Primero de Mayo, aunque de manera muy íntima (cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha), para que no se entere Lucía Echebarría.
Como decía desde Londres Felipe Mellizo, Europa es esto: Europa es la catedral, el quiosco de conciertos en el parque dominical, una canción de opereta (una rumba alrededor de un jamón, en el caso español)… y barricadas.
–Uno de los grandes trucos de la democracia es que los “rojos” tiran ladrillos a los “blancos” sin tocar el Sistema.
Y ahora ¿qué? Porque en el hilo musical del taxi Antonio Flores prometa ver la alegría, escarmentar de la experiencia, pero nunca, nunca más usar la violencia, ¿vamos a renunciar a las conquistas de los piquetes informativos, como la paga de julio y la cesta de Navidad?
Felipe Mellizo