Cuánta más imparcialidad encontraría Camps en el bar de Bean
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Pobre España, tan lejos de Dios y tan cerca de la partícula de Higgs.
Hablamos de la partícula de Higgs como gitanos que, al encontrarla, fuéramos a venderla por cobre para comprarnos una República.
–Perro que trota, huesos encuentra –decían los gitanos a Borrow, que les traducía la Biblia al caló.
Yo troto en taxi, cuya radio expele greguerías sin cuento:
–La presencia de Adán en El Toralín…
Con Cristiano en Ponferrada, Iniesta en Tokyo, Iñaqui Antigüedad en el Congreso, Zapatero en Somosaguas y Camps en el banquillo, ¿nos preguntamos qué es un bosón?
–Perro que trota, huesos encuentra.
Los huesos más buscados son los de Franco en Cuelgamuros, olisqueados por unos expertos, y los de Camps en el banquillo, a merced de un jurado popular (pobre Roy Bean) que sabrá del caso por la prensa, donde Bin Laden sería Lanza del Vasto, al lado de esa piola del delito que quieren hacernos ver en el pepero de traje sin factura, todo ello amenizado en la radio por los vejancones Serrat y Sabina...
(...)
–Yo soy (en España) invariablemente de la misma opinión política de la gente a cuya mesa me siento –confiesa Borrow, gitano él mismo, en su Biblia–. Gracias a este sistema me he librado más de una vez de que me sazonen el vino con sublimado.
En este trote, el taxista, que de día es policía, comenta:
–Eso del bosón será como lo del Anglés.
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Abc
Pobre España, tan lejos de Dios y tan cerca de la partícula de Higgs.
Hablamos de la partícula de Higgs como gitanos que, al encontrarla, fuéramos a venderla por cobre para comprarnos una República.
–Perro que trota, huesos encuentra –decían los gitanos a Borrow, que les traducía la Biblia al caló.
Yo troto en taxi, cuya radio expele greguerías sin cuento:
–La presencia de Adán en El Toralín…
Con Cristiano en Ponferrada, Iniesta en Tokyo, Iñaqui Antigüedad en el Congreso, Zapatero en Somosaguas y Camps en el banquillo, ¿nos preguntamos qué es un bosón?
–Perro que trota, huesos encuentra.
Los huesos más buscados son los de Franco en Cuelgamuros, olisqueados por unos expertos, y los de Camps en el banquillo, a merced de un jurado popular (pobre Roy Bean) que sabrá del caso por la prensa, donde Bin Laden sería Lanza del Vasto, al lado de esa piola del delito que quieren hacernos ver en el pepero de traje sin factura, todo ello amenizado en la radio por los vejancones Serrat y Sabina...
(...)
–Yo soy (en España) invariablemente de la misma opinión política de la gente a cuya mesa me siento –confiesa Borrow, gitano él mismo, en su Biblia–. Gracias a este sistema me he librado más de una vez de que me sazonen el vino con sublimado.
En este trote, el taxista, que de día es policía, comenta:
–Eso del bosón será como lo del Anglés.
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