viernes, 16 de diciembre de 2011

Perezas

"Desidia mora y arrogancia hispana"
Tomás Morales

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Los pobres están de moda. En la calle, desde luego, no hay otra cosa. ¿Recuerdan aquellas luces con palabritas a lo García Montero que Eva Lootz colgaba por Navidad en la calle de Serrano? Este año están en la calle de Bravo Murillo, que tiene más pobres.

Qué pereza –suspira un cobrador del frac.

Por pereza, precisamente, a la cena navideña del Real no fueron los radiofonistas y a la cena navideña del Rayo no fueron los futbolistas. Es lo que cantaba Tomás Morales: “Desidia mora y arrogancia hispana”. O la pereza andaluza, que diría Cayetano de Alba.

Al pobre de Alba le ha dado hasta la señora Lindo, que ya es dar. Eso incluye a los luceros de Izquierda Unida, que le han enviado una azada con instrucciones. Hacen bien. Si hubieran enviado una cigala con instrucciones al camarada Torrijos, se habrían evitado más de un disgusto. ¿Qué respeto a los animales había en aquella mariscada de Bruselas?

En Madrid, en el mismo pleno municipal que aprobaba una calle para Steve Jobs a instancias de los progres de Rosa Díez, una conmilitona de Torrijos de nombre Milagros quiso negarle una calle a Antonio Chenel “por respeto a los animales”.

Izquierda Unida vende una Naturaleza de Disney y una República de Ikea.

España es una República de trabajadores –rezaba chistosamente la Constitución del 31.

Y Cayo Lara lo interpreta como “ni un solo español sin azadón”.

Pero ¿para qué trabaja y se afana un español? Para lograr el descanso. (O un grupo parlamentario).

(...)

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