"¿Cuáles son los medios para fundar la moral de un pueblo? ¿Cómo dotar a los ciudadanos de una buena educación moral?", se pregunta Destutt de Tracy en 1798. La respuesta que nos ofrece resulta de una sorprendente actualidad.
1. En primer lugar, dice, es imprescindible la ejecución completa, rápida e inevitable de las leyes represivas. No ha de hacerse la vista gorda a nadie. Quien la hace, la paga, sin indultos de ningún tipo. "Sin este punto no hay manera de poner un dique al torrente de los vicios".
2. Inmediatamente después viene otra norma indispensable: Una balanza exacta entre los ingresos y los gastos del Estado. Si se gasta más de lo que se ingresa, el país se empobrece y las gentes, en consecuencia, se embrutecen y envilecen y los gastos que pueden hacerse para evitarlo resultan ser un mal mayor, porque incrementan la ruina. El desorden de las finanzas engendra la impotencia de la justicia.
3. Después de estos dos primeros puntos, que son muy superiores a cualquier otro, hay que situar la proclamación de la igualdad, la destrucción de los privilegios y de todo poder hereditario, etc.
En El Café de Ocata
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