Francisco Javier Gómez Izquierdo
Saliendo de Santo Domingo Silos por la carretera que lleva a Lerma, y a unos tres kilómetros, nos encontramos a la izquierda con la aldea de Santibáñez del Val, de la que parte un camino asfaltado hasta Barriosuso, otra aldehuela en la que viven 15 personas y 37 perros.
El camino empieza en el puente sobre el río Mataviejas y allí mismo, a la izquierda, se puede encontrar uno de los edificios románicos más coquetos y menos conocidos, clavado en un paraje que ha sido agradable al hombre a lo largo de los siglos. Hoy mismo, hay allí dos o tres asadores y unas mesas a los pies de la ermita para disfrutar en paz una tarde de verano.
Viene a cuento la referencia del lugar, por unas dudas que asaltaron a los amantes riojanos del románico, con el gran Manolo Cascante a la cabeza, por unas fotos que se veían diminutas y que enseñé en la alubiada de Ibeas de Juarros pareciendo románico tardío a los de Logroño. Mantenía un servidor que la galería porticada de la fachada era posterior a la primera construcción y que la ermita, solitaria y visitada sólo por excéntricos, fue construida entre el siglo IX y XI.
Con el cariño que profeso a las gentes de bien, me permito aclarar con cuatro letras las dudas sobre la ermita dedicada a Santa Cecilia. El edificio principal es mozárabe del siglo IX y la galería porticada data del siglo XII en pleno apogeo del románico. Advierto que no soy experto en estas artes y aconsejo visitar el lugar a todo aquél que tenga los ojos mejor avisados que los míos, pero no puedo dejar de señalar que en el mismo cerrillo que ocupa la ermita se puede ver una fuente romana y en el puente sobre el Mataviejas se advierte el pasado de los césares.
Suelo acercarme por allí todos los años con tres o cuatro andarines, y a veces, de madrugada, dejamos en Barriosuso el coche y nos subimos al monte de la Valdosa (con v).
Aprovecho para mandar un fuerte abrazo a Manolo y a los buenos amigos de La Rioja.