sábado, 3 de diciembre de 2011

Fantasmas


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Mal camino no conduce a buen sitio. Y viendo la mancha del paro, todos se preguntan adónde irá tanta sangre derramada.

En días así de tristes, cuando el país iba del escéptico optimista (Sagasta) al escéptico pesimista (Cánovas), publicó Ortega su párrafo más famoso:

La España oficial consiste, pues, en una especie de partidos fantasmas que defienden los fantasmas de unas ideas y que, apoyados por las sombras de unos periódicos, hacen marchar unos Ministerios de alucinación.

Ahí, la Casa de las Siete Chimeneas (donde las orgías espiritistas de Daja Tarto), con esa ministra en funciones que hoy pone a remojo la bacalada de la ley Sinde (el pil-pil lo bate el PP) con que la banda de la Ceja pretende asegurarse el porvenir cubriendo con el producto de las obras ajenas (cánones) el déficit de las propias (?).

Es nuestra industria cultural, que también pone en marcha el espectáculo de la exhumación de Franco. Después de todo, con menos empezó Arsuaga, y miren el negocio que tiene montado en Burgos.

Aquí el desafío consiste en convertir a otro Zapatero, Virgilio, en un personaje digno de George Carnarvon, el lord que entró a la cámara de Tutankamón echándose encima la maldición del Valle de los Reyes. Esto es Berlanga y Roger Corman, “La comedia de los horrores” y “La torre de los siete jorobados”, Lusón y Codeso.

Es una petenera –dijo (dañino) Azaña a Miguel Maura en un consejo, con un gesto hacia don Niceto Alcalá Zamora.

Franco, al Arqueológico, y así (...)

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