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Muere en Brasil otro de nuestros mitos, porque Sócrates fue, junto a Zico, más mito que futbolista. Sus virtudes las leíamos y no las veíamos. Al menos, no las veía un servidor. Sabíamos que fumaba mucho, que gastaba el 37, que tiraba los penaltys de tacón, que gastaba barba y que jugaba andando... y que era un médico sabio de izquierdas. Los espectadores creían que Sócrates no tenía obligación de correr, pues otro filósofo del fútbol que jugaba en el Betis, Rogelio, había sentenciado que correr era de cobardes y por eso cuando hacía un túnel o pinchaba un balón, la grada aplaudía como si el fútbol fuera un perfume y no una batalla.
Sócrates caía bien a todo el Mundo. Zico siempre será el “Pelé rubio”... pero nunca la canarinha ha defraudado tanto a su torcida, como en los mundiales que van del 78 en Argentina al 86 en México. Sócrates estuvo en el de España y en el de México. En México, Brasil fue eliminado por Francia. Zico, al final del partido con 1-1 falló una pena máxima, y en la tanda de penaltys, Sócrates tampoco acertó, porque todos “sabíamos” que su fuerte era hacerlo de tacón y Tele Santana no se lo permitía. Aquel día se cambió la regla XIV del Reglamento arbitral que anulaba el gol, si el penalty al rebotar en el poste tocaba al guardameta y se introducía en la puerta. Tal honor le correspondió a Bellôme.
Ha muerto Sócrates y el aficionado español se queda con el Brasil- Italia del 82. Uno de los mejores partidos que se hayan jugado nunca en un Mundial. Aquel día Sócrates inició una pared eterna desde el centro del campo y con tranco poderoso consiguió empatar a uno. Fue la consagración ante el mundo del Doctor futbolista. De aquel 3-2 a favor de Italia, me quedo con Falcao. Mucho más decisivo y futbolista que Sócrates y Zico juntos .Ó Leandro, un lateral derecho que en maravillosa anarquía lanzaba los córners de la izquierda y del que circulaban rumores escandalosos para la moral de la época.
En los 80 la gente tenía mejor corazón y solía leer más que ahora. Sócrates era el futbolista políticamente correcto de la época. Creo que hasta excedía con mucho al resto de sus colegas. Transmitía bondad, cierto equilibrio con sus pies de bailarín y su barba de Ché y también cierta bohemia. Era un tipo de hombre que se admiraba mucho por entonces y hoy me da que él lo sabía y jugaba con ello. Personalmente siempre le agradeceré aquel Brasil-Italia.
Con su selección no pudo ganar nada y parece ser que en su lucha contra las malas enfermedades también ha perdido. Desgraciadamente.
Descanse en paz, Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira.
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Muere en Brasil otro de nuestros mitos, porque Sócrates fue, junto a Zico, más mito que futbolista. Sus virtudes las leíamos y no las veíamos. Al menos, no las veía un servidor. Sabíamos que fumaba mucho, que gastaba el 37, que tiraba los penaltys de tacón, que gastaba barba y que jugaba andando... y que era un médico sabio de izquierdas. Los espectadores creían que Sócrates no tenía obligación de correr, pues otro filósofo del fútbol que jugaba en el Betis, Rogelio, había sentenciado que correr era de cobardes y por eso cuando hacía un túnel o pinchaba un balón, la grada aplaudía como si el fútbol fuera un perfume y no una batalla.
Sócrates caía bien a todo el Mundo. Zico siempre será el “Pelé rubio”... pero nunca la canarinha ha defraudado tanto a su torcida, como en los mundiales que van del 78 en Argentina al 86 en México. Sócrates estuvo en el de España y en el de México. En México, Brasil fue eliminado por Francia. Zico, al final del partido con 1-1 falló una pena máxima, y en la tanda de penaltys, Sócrates tampoco acertó, porque todos “sabíamos” que su fuerte era hacerlo de tacón y Tele Santana no se lo permitía. Aquel día se cambió la regla XIV del Reglamento arbitral que anulaba el gol, si el penalty al rebotar en el poste tocaba al guardameta y se introducía en la puerta. Tal honor le correspondió a Bellôme.
Ha muerto Sócrates y el aficionado español se queda con el Brasil- Italia del 82. Uno de los mejores partidos que se hayan jugado nunca en un Mundial. Aquel día Sócrates inició una pared eterna desde el centro del campo y con tranco poderoso consiguió empatar a uno. Fue la consagración ante el mundo del Doctor futbolista. De aquel 3-2 a favor de Italia, me quedo con Falcao. Mucho más decisivo y futbolista que Sócrates y Zico juntos .Ó Leandro, un lateral derecho que en maravillosa anarquía lanzaba los córners de la izquierda y del que circulaban rumores escandalosos para la moral de la época.
En los 80 la gente tenía mejor corazón y solía leer más que ahora. Sócrates era el futbolista políticamente correcto de la época. Creo que hasta excedía con mucho al resto de sus colegas. Transmitía bondad, cierto equilibrio con sus pies de bailarín y su barba de Ché y también cierta bohemia. Era un tipo de hombre que se admiraba mucho por entonces y hoy me da que él lo sabía y jugaba con ello. Personalmente siempre le agradeceré aquel Brasil-Italia.
Con su selección no pudo ganar nada y parece ser que en su lucha contra las malas enfermedades también ha perdido. Desgraciadamente.
Descanse en paz, Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira.