ELENA PORRAS SÁNCHEZ
AUTORA DEL LIBRO ¡PAGA Y CALLA!
AUTORA DEL LIBRO ¡PAGA Y CALLA!
Alfredo Valenzuela
Abc de Sevilla
Rara avis del feminismo español, Elena Porras Sánchez fue víctima de una sentencia que la obligaba a destinar parte de su sueldo a la manutención de la hija del hombre con el que comenzó a convivir, una experiencia que le ha valido el libro «¡Paga y calla!», que el próximo día 14 presenta en Sevilla en la librería Araña.
—¿Por qué dedica su libro al juez Serrano?
—Porque, exponiéndose a tener conflictos profesionales, tiene la valentía de hablar de las denuncias falsas y de la discriminatoria e ineficaz ley de violencia de género.
—¿La sentencia de la que fue víctima demuestra que las segundas esposas son «esposas de segunda»?
—Demuestra que el sistema judicial y algunos que lo componen han perdido el norte. En mi caso concreto el juez aplicó una ley inexistente. En otros casos se aplican leyes que se pasan el Artículo 14 de la Constitución por el arco de triunfo.
—¿Es cierto que muchos divorciados tienen un hogar gracias a sus nuevas parejas?
—Gracias a una nueva pareja, a familiares, a amigos. Los divorcios, de raíz, no están siendo justos y equitativos para ambas partes.
—¿Es compatible ser feminista y segunda esposa?
—Imagino que sí, aunque yo no soy ni una cosa ni la otra. El feminismo actual está cargado de un resentimiento que se asemeja cada vez más a aquello que tanto critican del machismo.
—¿Tras la publicación de su libro, cómo es su relación con las feministas?
—Me han catalogado con expresiones desafortunadas como «portavoz del maltratador» y cosas así. Quién lea mi libro descubrirá que nada más lejos.
—La asociación «Abuelos separados de sus nietos» dice que la legislación española ha limitado a los hombres al papel de meros inseminadores…
—Así es. Si una relación finaliza, los hijos no son negociables. Pero se permite que así sea.
—¿Por eso las segundas esposas de hombres con hijos denuncian que sus maridos funcionan como meros cajeros automáticos?
—Es que queda muy bien decir que todo se hace en beneficio de los hijos, pero dudo que vivir en un eterno conflicto sea bueno para los menores.
—Se ha atrevido a denunciar que la actual sobreprotección de la mujer lleva a algunas a denunciar injustamente a los hombres…
—Y lo reitero. Una víctima no se pasea por los juzgados poniendo demandas a diestro y siniestro. Y si inicia un proceso intentará que finalice cuanto antes, por el dolor y la incertidumbre que eso le produce. También presentan demandas ridículas, acompañadas de denuncias falsas a fin de sacar beneficio económico o por el único motivo de perjudicar al que ha pasado a ser su peor enemigo. Ese egoísmo provoca colapso en el sistema y el desamparo de quienes sí son víctimas.
—¿Por qué una sociedad que no tolera que se le grite a una mujer soporta campings abiertos todo el año llenos de divorciados?
—Porque es una sociedad hipócrita. Porque alardeamos de ser el sexo fuerte cuando nos interesa y nos convertimos de nuevo en el débil cuando le pedimos a papá Estado que nos beneficie aunque eso perjudique y discrimine a otros.
—¿Por eso se soporta que haya decenas de miles de padres separados de sus hijos?
—Estarán esperando que haya un cupo…
—La portavoz de la asociación de mujeres juristas Themis afirma que el interés primordial de los hombres nunca es el de sus hijos, sino el suyo propio. ¿Imagina una asociación de hombres diciendo eso de las mujeres?
—Bueno, le preguntaría si los hombres de su vida están incluidos también en dicha afirmación. No es la asociación más indicada para afirmar algo así, teniendo en cuenta que está haciendo negocio del sufrimiento de muchos.
—¿Cree justo que Themis reciba subvenciones millonarias para denigrar a la mitad de la población, a los hombres?
—No sólo no me parece justo, sino que me pregunto que si les cerraran el grifo cuántas de ellas permanecerían en ese barco.
—¿Qué opinión le merece el Ministerio de Igualdad?
—Un Ministerio debe existir para la totalidad de todos los ciudadanos. En el momento en el que se limita únicamente a un sector reducido, que ni siquiera es al de todas las mujeres… Desde luego a mí no me representa.
—Los jueces acusan a ese ministerio del repunte de violencia de género…
—Lógico, lo más próxima que ha estado la ministra de Igualdad, y muchos de los expertos que la rodean, de vivir una situación de discriminación, de acoso laboral, de maltrato, o de algún tipo de precariedad y desigualdad es cuando dan el visto bueno a algún spot o campaña publicitaria.
—¿El inmediato reparto de la vivienda familiar tras la separación ayudaría a la aceptación de la custodia compartida?
—Si se rompe el vínculo se acaba el contrato, que en definitiva es lo que es el matrimonio, y se disuelve todo lo relativo al tema material. Y que el progenitor que obstaculizara al otro perdiera la custodia sería una forma disuasoria.
—¿Y por qué las feministas rechazan la custodia compartida, si eso sitúa a las madres en igualdad con los padres?
—Porque existe una igualdad mal entendida, pero cada vez somos más los que entendemos que la igualdad pasa por tener mismas obligaciones y mismos derechos, en cualquier ámbito y situación.
Abc de Sevilla
Rara avis del feminismo español, Elena Porras Sánchez fue víctima de una sentencia que la obligaba a destinar parte de su sueldo a la manutención de la hija del hombre con el que comenzó a convivir, una experiencia que le ha valido el libro «¡Paga y calla!», que el próximo día 14 presenta en Sevilla en la librería Araña.
—¿Por qué dedica su libro al juez Serrano?
—Porque, exponiéndose a tener conflictos profesionales, tiene la valentía de hablar de las denuncias falsas y de la discriminatoria e ineficaz ley de violencia de género.
—¿La sentencia de la que fue víctima demuestra que las segundas esposas son «esposas de segunda»?
—Demuestra que el sistema judicial y algunos que lo componen han perdido el norte. En mi caso concreto el juez aplicó una ley inexistente. En otros casos se aplican leyes que se pasan el Artículo 14 de la Constitución por el arco de triunfo.
—¿Es cierto que muchos divorciados tienen un hogar gracias a sus nuevas parejas?
—Gracias a una nueva pareja, a familiares, a amigos. Los divorcios, de raíz, no están siendo justos y equitativos para ambas partes.
—¿Es compatible ser feminista y segunda esposa?
—Imagino que sí, aunque yo no soy ni una cosa ni la otra. El feminismo actual está cargado de un resentimiento que se asemeja cada vez más a aquello que tanto critican del machismo.
—¿Tras la publicación de su libro, cómo es su relación con las feministas?
—Me han catalogado con expresiones desafortunadas como «portavoz del maltratador» y cosas así. Quién lea mi libro descubrirá que nada más lejos.
—La asociación «Abuelos separados de sus nietos» dice que la legislación española ha limitado a los hombres al papel de meros inseminadores…
—Así es. Si una relación finaliza, los hijos no son negociables. Pero se permite que así sea.
—¿Por eso las segundas esposas de hombres con hijos denuncian que sus maridos funcionan como meros cajeros automáticos?
—Es que queda muy bien decir que todo se hace en beneficio de los hijos, pero dudo que vivir en un eterno conflicto sea bueno para los menores.
—Se ha atrevido a denunciar que la actual sobreprotección de la mujer lleva a algunas a denunciar injustamente a los hombres…
—Y lo reitero. Una víctima no se pasea por los juzgados poniendo demandas a diestro y siniestro. Y si inicia un proceso intentará que finalice cuanto antes, por el dolor y la incertidumbre que eso le produce. También presentan demandas ridículas, acompañadas de denuncias falsas a fin de sacar beneficio económico o por el único motivo de perjudicar al que ha pasado a ser su peor enemigo. Ese egoísmo provoca colapso en el sistema y el desamparo de quienes sí son víctimas.
—¿Por qué una sociedad que no tolera que se le grite a una mujer soporta campings abiertos todo el año llenos de divorciados?
—Porque es una sociedad hipócrita. Porque alardeamos de ser el sexo fuerte cuando nos interesa y nos convertimos de nuevo en el débil cuando le pedimos a papá Estado que nos beneficie aunque eso perjudique y discrimine a otros.
—¿Por eso se soporta que haya decenas de miles de padres separados de sus hijos?
—Estarán esperando que haya un cupo…
—La portavoz de la asociación de mujeres juristas Themis afirma que el interés primordial de los hombres nunca es el de sus hijos, sino el suyo propio. ¿Imagina una asociación de hombres diciendo eso de las mujeres?
—Bueno, le preguntaría si los hombres de su vida están incluidos también en dicha afirmación. No es la asociación más indicada para afirmar algo así, teniendo en cuenta que está haciendo negocio del sufrimiento de muchos.
—¿Cree justo que Themis reciba subvenciones millonarias para denigrar a la mitad de la población, a los hombres?
—No sólo no me parece justo, sino que me pregunto que si les cerraran el grifo cuántas de ellas permanecerían en ese barco.
—¿Qué opinión le merece el Ministerio de Igualdad?
—Un Ministerio debe existir para la totalidad de todos los ciudadanos. En el momento en el que se limita únicamente a un sector reducido, que ni siquiera es al de todas las mujeres… Desde luego a mí no me representa.
—Los jueces acusan a ese ministerio del repunte de violencia de género…
—Lógico, lo más próxima que ha estado la ministra de Igualdad, y muchos de los expertos que la rodean, de vivir una situación de discriminación, de acoso laboral, de maltrato, o de algún tipo de precariedad y desigualdad es cuando dan el visto bueno a algún spot o campaña publicitaria.
—¿El inmediato reparto de la vivienda familiar tras la separación ayudaría a la aceptación de la custodia compartida?
—Si se rompe el vínculo se acaba el contrato, que en definitiva es lo que es el matrimonio, y se disuelve todo lo relativo al tema material. Y que el progenitor que obstaculizara al otro perdiera la custodia sería una forma disuasoria.
—¿Y por qué las feministas rechazan la custodia compartida, si eso sitúa a las madres en igualdad con los padres?
—Porque existe una igualdad mal entendida, pero cada vez somos más los que entendemos que la igualdad pasa por tener mismas obligaciones y mismos derechos, en cualquier ámbito y situación.