RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL
1869-1968
Don Ramón Menéndez Pidal es lo que Ruano dice que la gente del bronce llama “un sabio”. El polígrafo español, propuesto varias veces para el Nobel, fue la gran figura europea de la filología románica. Amó al Cid: “En su tiempo, sólo el Cid tiene victorias.” Y también al Guadarrama. “Un jardín me aburriría –le dijo un día a Ruano–, no sabría pasearme en él.” Enseñó a conocer y a amar a España. Fue discípulo predilecto de Menéndez Pelayo. Reconstituyó a los infantes de Carrión y a los infantes de Lara. Practicó la esgrima y el montañismo. Fue académico de la Española desde 1901, con un discurso acerca de El condenado por desconfiado de Tirso. Un día cayó enfermo y pidió a su hijo que le leyera la Biblia: rechazó la del hospital y mandó a traer la edición de la Vulgata que tenía en su casa; él mismo indicaba a su hijo los párrafos que tenía que leer.
1869-1968
Don Ramón Menéndez Pidal es lo que Ruano dice que la gente del bronce llama “un sabio”. El polígrafo español, propuesto varias veces para el Nobel, fue la gran figura europea de la filología románica. Amó al Cid: “En su tiempo, sólo el Cid tiene victorias.” Y también al Guadarrama. “Un jardín me aburriría –le dijo un día a Ruano–, no sabría pasearme en él.” Enseñó a conocer y a amar a España. Fue discípulo predilecto de Menéndez Pelayo. Reconstituyó a los infantes de Carrión y a los infantes de Lara. Practicó la esgrima y el montañismo. Fue académico de la Española desde 1901, con un discurso acerca de El condenado por desconfiado de Tirso. Un día cayó enfermo y pidió a su hijo que le leyera la Biblia: rechazó la del hospital y mandó a traer la edición de la Vulgata que tenía en su casa; él mismo indicaba a su hijo los párrafos que tenía que leer.
IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)