JOAQUÍN GARRIGUES WALKER
1933-1980
Joaquín Garrigues Walker, renovador del liberalismo político español,
murió apenas unas horas después que el último Sha de Persia. “Me ha
ganado por unas horas”, dijo al conocer la muerte del destronado Reza
Pahlevi. Tenía el don de la comunicación. Le costaba morirse joven, pero
no manifestó rebeldía ninguna: “No carguemos las tintas... –decía a las
visitas–. Esto de morirse es una cosa perfectamente natural... Es...
¡lo natural!” Español con sangre británica, todo el mundo alabó su
sentido del humor. Descubrió el desencanto político antes que nadie: “El
futuro ya no es lo que era”. En Londres los médicos le espetaron que no
viviría mucho tiempo, y entonces él decidió salir a la calle con su
hermano Antonio a comprar un disco y pasear por la ciudad. Compraron No llores por mí, Argentina y pasearon por Hyde Park. Sócrates, antes de morir, le pidió a su discípulo Critón que pagara a Asclepio un gallo que le debía.
IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)