ALFONSO SÁNCHEZ
1911-1981
Alfonso Sánchez, que era toledano, importó de Nueva York la técnica de
la crónica informativa de escribir, no de cosas, sino de personajes.
Hombre de tos seria, soltero y coleccionista de llaveros. A través de su
columna hizo suya la muletilla “mi compañero y, sin embargo, amigo”,
tomada de Carmen Tessier, la “commère” (Les potens de la commère –los chismes de la comadre–, se llamaba su sección) de France-Soir,
que un día no pudo soportar la pérdida de su columna y se suicidó en
París, como Miquelarena. Alfonso Sánchez fue columnista social,
humorista blanco –firmaba Chistera en La Codorniz– y
crítico cinematográfico de popularidad absoluta. Nunca se supo de su
inclinación política: “Soy liberal, pero no tanto que me impida
protestar.” Y formuló su teoría: “Todo tiene dos caras, aunque a veces
tenga que quedarme con el canto, que es más incómodo.”
IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)