sábado, 19 de diciembre de 2015

Hielo

Joseph Schumpeter


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

A Joseph A. Schumpeter, el economista con que nos aburrían en periodismo, le escamaba mucho que las personas brillantes en sus profesiones actuaran ante las urnas como niños.

Schumpeter, que popularizó la “destrucción creativa” y profetizó la muerte del capitalismo por su propio éxito, estudió el caso de los votantes y llegó a la conclusión de que se comportan así porque “votar es gratis”. Y si la gratuidad del voto infantiliza la opinión del votante, ¿qué no hará con la del tertuliano, que, además de votar, cobra?

Si el sistema quisiera votantes reflexivos, sólo tendría que poner precio al voto.

Pero el paternalismo del Estado de partidos prefiere arreglarlo con una jornada de reflexión, que es su modo de mandar a los votantes, sus niños, a pensar al rincón, como han hecho los fiscales con el pequeño que pintó la cara al presidente del Gobierno, que se niega a denunciar la chiquillada de quien, como dice el abogado de la criatura, es otra víctima.

La verdad es que, luego de oír a ese abogado y al fiscal de la cosa, uno tampoco hubiera denunciado. Conociendo España, ¿qué vas a hacer, no siendo menor o señora?

¿Y la dignidad del cargo? –que diría Torcuato Fernández-Miranda.
Nada, nada.

El zorro de Steiner nos recuerda la famosa pregunta que está en el origen de la metafísica: “¿Por qué ya no hay nada?” ¡El nadismo (de nada) como landismo (de Landa)!
El nadismo es el ascetismo de una derecha que conoce, como el Kempis, la nadería de las cosas, por lo que lo mismo da llegar un poco antes que un poco después. Eso, sí: para el viaje, si a algún rapacejo, jugando, se le ha ido la mano, ponte un poco de hielo en la cabeza (el hielo que el sistema impone a sus votantes con la jornada de reflexión) y, como dice María Soraya, que también es chiquilina y madre, a correr. Todo el mundo sabe que los pueblos no son reflexivos, sino sentimentales.

Tranquilos, formales y serios –en el caso del español, con cuatro guerras civiles en un siglo.