LA LUNA DE SEVILLA
Hace seis años, entraba por aquí acompañando a Manolete, entre un olor a gasolina, a rosas, a perfume de mujer. Sus picadores pasaban la plata antigua, oxidada, de candelabro o de vara de procesión de sus trajes de luces, ante el humo finísimo de las cacerolas que la negra doña Rosalía, que vendía “anticuchos” de corazón de toro y aquellos huevos amarillos y papas serranas, al estilo de Huancayo. Uno de estos picadores –campesino con calzón de gamuza– me había dicho una noche, paseando ante el hotel Bolívar, y mirando al cielo austral, donde cambia la posición de nuestro satélite:
–Ésta no es la misma luna que la de Sevilla.
–Ésta no es la misma luna que la de Sevilla.
LA PLAZA FIRME DE ACHO, 1952 / AGUSTÍN DE FOXÁ
LAS TAURINAS DE ABC
EDICIONES LUCA DE TENA, 2006
Ignacio Ruiz Quintano