Mucho se ha hablado de la llamada de Casillas a Xavi. Mi opinión es que le llamó con la única intención de salvar su puesto en la Selección, nada más. No hubo nada heroico aquí, ni nadie le dijo que llamara. Cuando después de la reyerta, los jugadores del Barcelona se lanzaron a su yugular pidiendo que Valdés fuese el portero titular de la Selección (ver hemeroteca), Casillas se vio seriamente amenazado y prefirió vender a su equipo, a su entrenador y a sus compañeros, para salvarse él. Consiguió su objetivo (“ser uno de los nuestros”) y encima le dieron el Príncipe de Asturias. Todo bastante ridículo.