No lo merecen
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Se acabó la Liga y de nuevo la lucha por la permanencia hizo atractivo el fútbol por canalla e injusto. La plantilla del Zaragoza, sobre todo su defensa, me parecía la menos competitiva desde principios de temporada, por lo que la salvación se antojaba milagro a pesar de los “güevos” de Manolo Jiménez y las sospechas sobre Agapito en lo tocante a las artes de los mercaderes persas. Abel Resino, entrenador del Celta, suponía los resultados maños antes de jugar los partidos, mostrando su poco tino en las artes adivinatorias y su nula confianza en el calendario.
Y es que el calendario suele ser clave en las dos últimas jornadas. No es lo mismo jugar contra los relajados Valladolid y Español que tenértelas contra una Real Sociedad con la Champions a mano. Al Deportivo le trajo la desgracia el entrenador Domingos Paciencia, que regaló cuatro partidos por no conocer la plantilla. Fernando Vázquez cosechó muchos puntos y merecía mejor suerte, pero los goles del Sevilla al Valencia eran toques de generala a la escuadra realista. No me gusta el descenso del Dépor a pesar del trato de favor que recibe de unas autoridades que por muchos menos motivos hundieron a nuestro a Burgos sin asomo de misericordia, No me gusta porque ha sido bastante mejor que algunos de los que permanecen.
Se ha salvado el Celta, al que un servidor no daba opciones, a pesar de Abel, pero en Vigo había buenos jugadores. Jóvenes y con futuro. El Celta es un equipo que puede alegrar las Ligas futuras si no le quitan futbolistas y acierta con un míster competente en la gestión de talentos: Jonny, Mallo, Lago, Villa, Alex..., lo necesitan.
Tras la del Zaragoza, las plantillas de Osasuna y Mallorca -salvados sean Giovanni y Márquez- me parecían las de menor fuste, pero así como Osasuna suple sus deficiencias con casta, al Mallorca, con un calendario final tan propicio como el del Celta, no le ha valido de nada la psicología de don Gregorio, disciplina infinitamente inferior a la vehemencia táctica de Caparrós, de quien nunca debió prescindir Serra Ferrer, su íntimo enemigo.
El Granada era otro aspirante a bajar. Con Lucas, más que una posibilidad, pero de repente explotó el flanco musulmán de Brahimi y Al Arabi, apareció la Fortuna -a veces hasta fuera de tiempo- y Sequeira se conjuró para ser el mejor lateral izquierdo del Campeonato. Se salvó el Granada... y Lucas, entrenador proletario, puede que mantenga el empleo.
En fin... ayer fue la mejor jornada de la Liga sin que contaran ni Madrid ni Barça. Al parecer, Mourinho estuvo en el Bernabéu entre maleducado y resentido. El periodismo deportivo nos quiere hacer creer que la vida social de Mourinho es fútbol. Mientras el público blanco miraba a Mou, sietemil cordobesistas empujamos durante 120 minutos a nuestro equipo B, hasta doblegar al Castellón -¡del Castellón que se fizo!-. ¡Qué poco equipo tiene el Castellón! Jugó todo el partido -con su prórroga- contra 10 y no disparó una sola vez a puerta. Pena daba ver a los muchos aficionados orejudos que vinieron. Más que nada por tanta ilusión inconsciente.
Castellonenses en Córdoba
Afición de 1ª
Equipo en 3ª