viernes, 1 de julio de 2011

Lobo Diarte. Otro que se nos va

Los zaragüayos

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Cuando el Lobo Diarte llegó al Zaragoza, podía haber gente a la que le gustara el fútbol igual que a mi amigo Gaitu y a un servidor, pero más era imposible. Nos las ingeniábamos para leer todo lo que se publicaba y guardábamos los donbalones y los pósters de As Color como si fueran joyas. Con los años, aquel furor futbolístico ha decaído, pero tengo el convencimiento de que la Naturaleza me empujó a amar el fútbol de manera irracional... y aquí sigo pendiente de renovar el abono del Córdoba CF.

El mejor Burgos de la Historia coincidió con un Valencia de delantera espectacular: Kempes-Diarte-Rep. Tres de los mas grandes delanteros del mundo vinieron juntos a Burgos y mi admirado Viteri les dio sopas con honda. Ganamos al terrorífico Valencia por 4-1 y aquel domingo por la tarde nos pasamos de claretes explicando las diabluras de los nuestros y sobre todo la fiereza de Nozal, un central calvo que ante la pregunta de Interviú a todos los futbolistas de Primera de a quién iban a votar, fue el tío y dijo que a Fuerza Nueva. Mi amigo Gaitu y yo nos asustamos cuando lo leímos, pero la respuesta no fue comentada en la prensa y entendimos que la gente no leía aquellas encuestas. Nozal, un gañán sin técnica, pudo con Kempes, y Ruiz Igartua con el Lobo Diarte, que habían sido compañeros en Zaragoza. De esto último no estoy muy seguro, pero creo que sí. De lo que estoy seguro es de que el Valencia venía de jugar Copa o partido de la Uefa en miércoles y estuvo en Burgos desde el viernes. No necesito apuntar que allí estaba yo viendo el entrenamiento del sábado y con mi especial Don Balón me acerqué vergonzoso al Lobo. Bicheó mi revista y se apoyó en la pared de salida de El Plantío con una simpatía poco corriente entre aquellos dioses. Tenía pinta de buena gente.

Es leyenda maña con los zaragüayos y al separarse de Arrúa, me parece que perdió mucha inspiración. Ni en Valencia, ni con el Betis volvió a ser el mismo. Recuerdo que Diarte también tenía pinta de cantante, se vestía como los cantantes, se peinaba como los cantantes y andaba como los cantantes. Tanta pinta de cantante tenía que le dejaron cantar una o dos veces por la tele.
Fue un gran delantero centro y un futbolista al que yo admiré mucho. Un tipo así, como el Llorente del AThletic, pero no fue tan grande como nos quisieron hacer ver en aquel tiempo. Fue uno de mis héroes. Un gigante al que admiré y que se cae como castillo de arena. Ya son demasiados.


Dedicatoria al aficionado adolescente